Victoria

Es el triunfo obtenido sobre una lucha, combate o guerra. Cuando vencemos a nuestro enemigo, sabiendo que lo hemos derrotado y hemos logrado la victoria.

En nuestra vida cotidiana tenemos muchas batallas a diario, desde el momento que nos despertamos empezamos a luchar con situaciones donde tenemos que hacer planes, para lograr salir adelante; de ahí la importancia de definir cuáles son nuestras prioridades para poder empezar a identificar nuestras luchas y poder hacer estrategias para lograr mediante el día los objetivos que estamos dispuestos alcanzar.

Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la abundancia de consejeros está la victoria. Proverbios 11:14 .

Hay quienes están pasando por diferentes batallas, como en el ámbito, amoroso, económico, de salud y social. De ahí la importancia de entender que no estamos solos en este mundo, que alrededor de nosotros hay muchas personas, que están dispuestas a luchar con nosotros, sabiendo que tenemos un equipo de guerreros a nuestro entorno listos para apoyarnos, ya sea en nuestras labores o en lo espiritual.

El Señor de los ejércitos ha jurado por sí mismo: Ciertamente te llenaré de hombres como langostas, y entonarán contra ti gritos de victoria.

El es el que hizo la tierra con su poder, el que estableció el mundo con su sabiduría, y con su inteligencia extendió los cielos. Jeremías 51:14-15.

Pero lo más grande que tenemos para alcanzar nuestras victorias es poder ser parte del ejército de Dios, ya que el es nuestro general, es quien comanda las estrategias para luchar con nuestro enemigo, es nuestro cuartel donde nos preparamos para poder luchar contra nuestras emociones y sentimientos, es quien nos provee las armas necesarias para afrontar la guerra, nos lleva siempre en confianza y seguridad a nuestro campos de batalla sabiendo que obtendremos el triunfo.

Pero tú, oh Señor, ten piedad de mí y levántame, para que yo les pague como se merecen.

Por esto sé que conmigo te complaces, porque mi enemigo no canta victoria sobre mí.

En cuanto a mí, me mantienes en mi integridad, y me afirmas en tu presencia para siempre. Salmos 41:10-12.

En lo espiritual tenemos que entender que hay batallas de nuestro enemigo el diablo, que quieren nuestra destrucción, llevándonos a una vida de pecado he incredulidad, para poder derrotarnos; pero les aconsejo que el ni en la muerte tiene poder ya que Jesucristo lo ha vencido en la cruz del calvario, para darnos la victoria celestial.

Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Devorada ha sido la muerte en victoria.

¿Donde esta, oh muerte, tu victoria? ¿Donde, oh sepulcro, tu aguijon?

El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley;

pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 1 Corintios 15:55-57.

Sin batallas no hay victorias, por esto no temas confía en Dios y vencerás.

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. 1 Juan 5:4.

Oración: Decido unirme al ejército de Dios, ser un valiente para combatir en las batallas diarias, sabiendo que desarrollare una fe para alcanzar los triunfos. Amén.

Compartir:

Deja un comentario