Vigor
En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término vigor, que ahora nos ocupa. Concretamente emana de la suma de dos partes claramente delimitadas: el verbo vigere, que puede traducirse como “estar en plena vida”, y el sufijo –or, que es equivalente a “resultado”.
Vigor es la fuerza o actividad notable. Algo que se realiza con vigor es hecho con un ímpetu especial. Las personas vigorosas son aquellas que tienen mucha energías o que actúan con brío.
Desde que nacemos y salimos del vientre de nuestra madre, sentimos la fuerza de vida, lo primero que hacemos es expresarlas con el llanto, ha medida que crecemos estamos desarrollando el vigor y la energía que sentimos para dar cada paso que nos proponemos alcanzar.
He aquí ahora, su fuerza está en sus lomos, y su vigor en los músculos de su vientre. Job 40:16.
Se considera que un hombre joven esta lleno de fuerzas, capas de lanzarse a los rectos que se le presentan, su juventud por lo generar muestra las destrezas de su desarrollo , esto es considera el resultado del vigor y la plenitud de su vida.
He aquí, tú has hecho mis días muy breves, y mi existencia es como nada delante de ti; ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. Salmos 39:5.
A medida que pasan los años se va disminuyendo nuestras fuerzas, nos vemos que el cuerpo no responde con la misma energía, en muchas ocaciones sentimos el peso de nuestras luchas, sintiendo que el vigor va decayendo.
Los días de nuestra vida llegan a setenta años; y en caso de mayor vigor, a ochenta años. Con todo, su orgullo es sólo trabajo y pesar, porque pronto pasa, y volamos. Salmos 90:10.
De ahí la importancia de cuidar nuestro cuerpo, ya sea con alimentos nutritivos y ejercicios, que nos ayudarán a que cuando, lleguemos a mayor edad, podamos contar con mas vigor.
Crece con vigor delante del sol, y sus renuevos brotan sobre su jardín. Job 8:16.
Ahora Dios nos da las fuerzas que necesitamos espiritualmente para llenarnos de vigor, es la confianza y seguridad que vamos obteniendo de Él, con una fe llena de esperanza, que se manifestará con una energía celestial, que brotará de lo más adentro de nuestro ser, a través de su Espíritu Santo quien nos restaurar los bríos como los toros y el rugido como de los leones.
¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios eterno, el Señor, el creador de los confines de la tierra no se fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable.
El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor. Isaías 40:28-29.
Y el Señor te guiará continuamente, saciará tu deseo en los lugares áridos y dará vigor a tus huesos; serás como huerto regado y como manantial cuyas aguas nunca faltan. Isaías 58:11.
Oración. Señor y Dios mío, restaura mis fuerzas y energías, llenándome de tu Espíritu Santo quien me dará el poder necesario, para resistir con vigor cada prueba de mi vida. Amén.