Clamor
Es un término que procede del latín y que refiere al grito o la expresión que se pronuncia con vehemencia o vigor.
Cuando se levanta una voz de angustia , que se encuentra en una aflicción, ya se por una gran desolación o congoja. Es hay dónde se expresa el pedido de clamor, ha alguien que lo pueda escuchar y le pueda extender una mano de salvación.
¡Oh tierra, no cubras mi sangre, y no haya lugar para mi clamor! Job 16:18 .
Cuando se vive una tragedia, se siente una desolación de incapacidad, la tristeza lo agobia y se refleja una gran pena interna, es hay donde nuestro grito de clamor a un ser superior como es Dios, se considera necesario, se levanta una plegaria o una oración, pidiéndole ayuda, para que le de una esperanza en ese momento donde no encuentras la solución a tu problema.
En mi angustia invoqué al Señor, y clamé a mi Dios; desde su templo oyó mi voz, y mi clamor delante de El llegó a sus oídos. Salmos 18:6 .
En ocaciones la circunstancia que nos rodean y al ver lo malo que está sucediendo en el mundo, ya sea por una crisis financiera, o un gobierno que está oprimiendo a su pueblo, o una noticia de muertes injustas de seres humanos, o un problema de salud, nos lleva a unirnos a levantar una oración a Dios, llevándonos a humillarnos en su presencia en un clamor, cubierto de lágrimas y con un dolor interno espiritualmente, donde pedimos por su ayuda.
Por eso lloraré amargamente por Jazer, por la viña de Sibma; te bañaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale, porque sobre tus frutos de verano y sobre tu cosecha se ha extinguido el clamor, y se han retirado la alegría y el regocijo del campo fértil. En las viñas nadie canta de júbilo ni grita de alegría. No pisa vino en los lagares el pisador, pues he hecho cesar el clamor. Isaías 16:9-10.
En medio de la soledad de nuestros desiertos, donde los problemas están tocando diariamente a nuestra puerta, sintiéndonos atormentados por las aflicciones que vivimos, es ahí donde debemos levantar nuestro clamor, con una oración sincera a Dios, rindiéndonos a sus pies, para que seamos levantados y fortalecidos espiritualmente, para poder pasar ese trago amargo.
Cristo, en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente; y aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen. Hebreos 5:7-8.
El clamor es la necesidad de ser escuchado, es un grito de esperanza para luchar por la libertad de la angustia y el sufrimiento.
Oración. Señor escucha mi clamor en medio de mi angustia, sabiendo que mi oración llegará a tu trono, donde serán oídas mi plegarias de salvación, que me librará de mi sufrimiento, trayéndome paz y esperanza. Amén.