Muerte

Establecer el origen etimológico de la palabra muerte nos lleva a trasladarnos hasta el latín. Y es que en concreto descubrimos que aquella procede del vocablo latino mors, mortis que es el que daría lugar con el paso del tiempo al verbo morir.

Es el término de la vida a causa de la imposibilidad orgánica de sostener el proceso homeostático. Se trata del final del organismo vivo que se había creado a partir de un nacimiento.

El concepto de muerte, de todas maneras, ha variado a lo largo de la historia. En la antigüedad se consideraba que la muerte, como evento, tenía lugar cuando el corazón dejaba de latir y el ser vivo ya no respiraba. Con el avance de la ciencia, la muerte pasó a entenderse como un proceso que, a partir de un cierto momento, se vuelve irreversible.

No hay hombre que tenga potestad para refrenar el viento con el viento, ni potestad sobre el día de la muerte; y no se da licencia en tiempo de guerra, ni la impiedad salvará a los que la practican. Eclesiastés 8:8.

En la actualidad, una persona puede haber dejado de respirar por sus propios medios y, sin embargo, seguir con vida a través de un respirador artificial Por otra parte, puede hablarse de muerte cerebral para hacer referencia al cese completo e irreversible de la actividad cerebral.

He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados

en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Devorada ha sido la muerte en victoria.

¿Donde esta, oh muerte, tu victoria? ¿Donde, oh sepulcro, tu aguijon? 1 Corintios 15:51-55-

La muerte es un designo que nadie puede evitar, ni acostumbrarse , es u proceso de dejar la existencia de la carne, volviendo una vez más a convertirse el cuerpo en tierra.

En el Gran Libro se habló de ese proceso en la creación, cuando se dijo polvo eres y en polvo de convertirás.

Dios es para nosotros un Dios de salvación, y a Dios el Señor pertenece el librar de la muerte. Salmos 68:20.

Sabemos que en muchas ocaciones luchamos para mantener la vida, pero solo le corresponde a Dios el tiempo que nos permitirá vivir, El tiene un tiempo señalado para todo, solo debemos descansar en su voluntad .

Es necesario morir al pecado y poder nacer de nuevo en una vida en Jesucristo, ya que su promesa es de darnos vida eterna después de la muerte, si decidimos morir al la carne y vivir en el espíritu.

Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.

Porque si hemos sido unidos a El en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El , para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado. Romanos 6:5-7.

Oración. Se Señor que tú tienes potestad sobre la vida, sabemos que el designio de la muerte nos puede ocurrir en cualquier momento, pero se que al reconocerte como mi Salvador tendré la oportunidad de obtener la vida eterna. Amén.

Compartir:

Deja un comentario