Ego
El ego es, para la psicología, la instancia psíquica a través de la cual el individuo se reconoce como yo y es consciente de su propia identidad. En términos sencillos, se puede definir el ego como orgullo sobre uno mismo. Pensamientos tales como “mi cuerpo y mente”, “mi intelecto”, “mi vida”, “mi riqueza”, “mi esposa e hijos”, “yo debería ser feliz”, etc. proceden sólo del ego.
Ego, conciencia de sí mismo, orgullo, presunción y ‘yoísmo’, son palabras que se relacionan con la palabra ‘ego o aham’ pero en un plano psicológico.
Desde una perspectiva espiritual, el ego quiere decir considerarse a sí mismo distinto de los demás y de Dios debido a la identificación con el cuerpo físico y las impresiones que existen en varios centros del cuerpo sutil.
En la corte real tuvo lugar un fastuoso banquete. Todo se había dispuesto de tal manera que cada persona se sentaba a la mesa de acuerdo con su rango. Todavía no había llegado el monarca al banquete, cuando apareció un ermitaño muy pobremente vestido y al que todos tomaron por un pordiosero. Sin vacilar un instante, el ermitaño se sentó en el lugar de mayor importancia. Este insólito comportamiento indignó al primer ministro, quien, ásperamente, le preguntó:
-¿Acaso eres un visir?
-Mi rango es superior al de visir -repuso el ermitaño.
-¿Acaso eres un primer ministro?
-Mi rango es superior al de primer ministro.
Enfurecido, el primer ministro inquirió:
-¿Acaso eres el mismo rey?
-Mi rango es superior al del rey.
-¿Acaso eres Dios? -preguntó mordazmente el primer ministro.
-Mi rango es superior al de Dios. Fuera de sí, el primer ministro vociferó:
-¡Nada es superior a Dios!
Y el ermitaño dijo con mucha calma:
-Ahora sabes mi identidad. Esa nada soy yo.
Más allá de todas las categorías y dualidades, del ego y los conceptos, está aquel que ha liberado su mente.
Reflexión. Nuestro mayor enemigo es el YO interno que existe en nosotros mismos, por lo cual queremos marcar diferencias con demás.
Palabras de Jesucristo. Pero no es así con vosotros; antes, el mayor entre vosotros hágase como el menor, y el que dirige como el que sirve.
Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No lo es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, entre vosotros yo soy como el que sirve. Lucas 22:26-27.
Tiempo de Pensar. No dejes que tu ego te engañe, ya que te llevará por caminos equivocados, y conceptos formulados por tú orgullo. libérate de tu mismo, para que alcances la humildad de poder ver a los demás, como a ti mismo, ya que es el principio de amor a Dios.
Oración. Perdoname Señor por querer se mayor que los demás, fingiendo y engañando me en el orgullo de mi mente. Ayúdame a encontrar la humildad para poder verte a ti en mi vida. Amén.