El poder de Dios se manifestará en nuestras debilidades. Más todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Todos tenemos debilidades. Es más, tú tienes un manojo de imperfecciones: físicas, emocionales, intelectuales y espirituales. También vives una cantidad de circunstancias que te debilitan, como las limitaciones relaciónales o financieras. Lo más importante es qué haces con ellas. Solemos negar nuestra debilidades, las defendemos, las excusamos, las ocultamos y las resistimos. Ahora si reconocemos lo débiles que somos y le damos espacio a que Jesucristo se manifieste entonces el nos fortalece.
Él se acordó de nosotros en nuestras debilidades.Su fiel amor perdura para siempre. Nos salvó de nuestros enemigos.Su fiel amor perdura para siempre. Salmos 136:23-25
!Bástate en mi gracia!. Fue la contestación que le expresó Jesucristo a el apóstol Pablo, cuando un aguijón lo tenía de su lado. Por esto una debilidad es cualquier limitación que tengas o heredaste y no tienes el poder para cambiarla. Puede ser un enfermedad física, crónica, emocional. Más Dios no limita nuestra debilidades, Él manifestará su poder cuando más débiles somos, para que seamos testigos de su gracia y podamos hablar de su grandeza. Por eso Dios quiere usar tus debilidades, no solo tus fortalezas. Si todo lo que la gente ve son tus fortalezas, se desalientan y piensan: ! Que bien por el por el, más yo nunca podré serlo! . Sin embargo cuando ven a Dios usándote a pesar de tus debilidades, eso los consuela y pueden pensar: ! Dios puede que me use!. Por esto nuestra fortalezas recrean competencia, mientras que nuestras debilidades producen comunión. Me gloriaré en mis debilidades, para que Jesucristo me en su fortaleza.
Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte. 2 Corintios 12:10.
La vulnerabilidad es un riesgo. Puedes tener miedo al bajar tus defensas y abrir tu vida a otros. Cuando revelas tus fallas, tus sentimientos, frustraciones y tus temores te arriesgas a ser rechazado. Pero lo beneficioso vale la pena. La vulnerabilidad te ayudará a liberarte emocionalmente, aliviará tú estrés, desactivará tus temores y es el primer paso para la manifestación de la gracia de Dios.
¿Quién está débil sin que yo no sienta esa misma debilidad? ¿Quién se ha dejado llevar por mal camino sin que yo arda de enojo?. Si debo jactarme, preferiría jactarme de las cosas que muestran lo débil que soy. Dios, el Padre de nuestro Señor Jesús, quien es digno de eterna alabanza, sabe que no miento. 2 Corintios 11:29 -31.
Sabemos que Dios da gracia al humilde, más no debemos mal interpretar esto. La humildad no es negar tus fuerzas o ponerte debajo de otros, es ser honesto acerca de tus debilidades. Mientras más sincero seas más recibirás la gracia y el poder de Dios. De ahi que Jesucristo cargo con nuestras debilidades y sufrió la muerte en la cruz por nuestros pecados, que son realmente lo que manifiesta muchas de nuestras debilidades.
Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios; ¡un castigo por sus propios pecados! (Isaías 53:4).
Las pretensiones repelan, no obstante la autenticidad atrae y la vulnerabilidad es el camino perfecto hacia una intimida con Dios, por medio de nuestra debilidades.
ORACIÓN .
Señor. Reconozco lo débil que soy, que mis fuerzas se desvanecen en medio de las dificultades, donde mis capacidades ya tiene límites. Más se que rindiéndome en tu presencia, tú poder se manifestará en mi debilidad, con el propósito de que tú gracia tenga un puesto en mi vida. Amén.