CRECER ESPIRITUALMENTE

Para desarrollarse en lo espiritual, debemos ejercitar la comunión con Dios, y la intimidad con él. Y ser conscientes de que somos producto del pecado, para arrepentirnos.

En muchas ocasiones nos han definido el espíritu como nuestra conciencia, yo lo defino como nuestra parte sensible de comunicación espiritual, es lo que define nuestro libre albedrío , o no relacionamos con el bien o mal, o sea con Dios o el diablo. La madurez espiritual es una cualidad o condición sumamente necesaria para el hombre de Dios y sólo se consigue en un proceso continuo y gradual, apegado al Señor. Tampoco es algo que depende necesariamente del tiempo cronológico, sino que la madurez viene de una entrega genuina a Dios, de manera que Cristo viva su vida en nosotros. Cuando vivimos permanentemente en el Espíritu, nuestro hombre interior se desarrolla plenamente y se manifiesta en él toda la belleza del carácter de Dios. Entonces, los que se relacionan con nosotros verán en nuestra manera de vivir la piedad y el fruto del Espíritu. Por tanto, algo que puede servir de metro para medir ese crecimiento en el Espíritu es cuando actuamos con madurez. Recordemos este pasaje de Jesus:

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Mateo 4:1

El espíritu es lo que diferencia al hombre del resto de la creación, y lo que nos hace semajantes a Dios, pero no es para siempre, como el alma. Las cosas espirituales se disciernen espiritualmente, y para eso se necesita tener la naturaleza de Dios y una mente espiritual, tal como lo explica Pablo:

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo» (1 Corintios 2:14-16).

Pero hemos cometido el error de hacer las cosas espirituales con medios naturales, con filosofías, con intelecto, con ideas humanistas. No podemos predicar con instrumentos humanos, porque la predicación no es humana. El predicar no es disertar, como decir un discurso en las Naciones Unidas, ni en un foro cualquiera. El hablar en público tiene su arte, su retórica y sus reglas, más el que predica la Palabra de Dios tiene el Espíritu, la prudencia, el discernimiento, la sabiduría de lo alto y sabe acomodar lo espiritual a lo espiritual. Por eso le es necesaria la madurez espiritual. Una persona sin principios De Dios actúa en este desorden y lo predomina el alma, después el cuerpo y por último el espíritu.

Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso; y al no hallarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí.” Y cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Lucas 11:24 -26

El hombre que se deja controlar por Dios en el espiritu actúa diferente , antepone el espíritu, después el cuerpo y por tercero el alma. Solo podemos tener este control espiritual, cuando aceptamos tener una relación con Dios, y es atraves de aceptar el sacrificio de Jesús en la cruz, quien perdona y restablece aquello que se perdió en la desobediencia, por el pecado del hombre.

Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Juan 3:5

El que se ejercita en la piedad crece espiritualmente, así como el que se ejercita físicamente le crecen los músculos. Cuando eres una persona devota, le dedicas mucho tiempo al espíritu en tu devoción personal, te involucras en toda actividad espiritual, y te expones a ser bendecido espiritualmente, porque estás alimentando tu espíritu. Tu hombre nuevo está creciendo, se está ejercitando en las cosas de Dios. Por tanto, te vuelves más receptivo, y comienzas a crecer en lo espiritual, y te preocuparás por tu cuerpo físico, pero en el equilibrio del Espíritu. Es muy difícil para una persona que esté envuelta en los asuntos del mundo, poder fluir en las cosas del Espíritu. Se les hace pesado y cuesta arriba. Cuando perdemos la comunión con el Señor y no acudimos al lugar secreto, aun el hacer una breve oración nos resulta sumamente tedioso, pues aunque el espíritu está presto para las cosas de Dios, la carne es débil

Entonces el Señor dijo: No contenderá mi Espíritu para siempre con el hombre, porque ciertamente él es carne. Serán, pues, sus días ciento veinte años. Génesis 6:3

Dios diseñó el plan de salvación, habiendo enviado a Su hijo, quien es el verbo a habitar entre nosotros, el nos enseño los principios y valores que debemos seguir en vida , para llegar a controlar el alma y el cuerpo, atraves de su Espíritu Santo.

El Espiritu del Señor esta sobre mi, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviadopara proclamar libertad a los cautivos, y la recuperacion de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos; Lucas 4:18

Para activar el espíritu de Dios , la clave es la oración. Tomar un tiempo al día para conectarnos espiritualmente. No salgas de tu hogar si pedirle que te acompañe.

Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 26:41

Si lo haces, veras tu vida transformada y cambiada, segura de una Fe , atraves de Cristo JESUS.

ORACIÓN

Señor JESUS , guárdame atraves de tu Espíritu Santo, Trallendo a diario tu palabra, que me trae conciencia a mi espíritu, para guardarme del pecado. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. Amén

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