Cuando nuestro interior se abre para creer en el corazón y la mente . Entonces es cuando aceptamos la presencia de Dios.
Decimos creer cuando aceptamos algo como verdadero o cierto (creo en todo lo que dice mi mamá), se relaciona con la fe hacia algo o alguien (creemos en Dios ). O depositar la confianza en alguien (creo en mi abogado o doctor y sé que me sacará de esto). Cada una de estas cuestiones mencionadas suelen ser expresadas en nuestro idioma en términos de creer.
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6.
Si uno cree esto, estará en reposo. Creer no significa que uno sienta o entienda que sea así. Creer significa que uno construye y orienta su vida en la Palabra de Dios, confiando que Él me guiará y recompensará, porque así lo ha dicho.
¿Ahora quien a visto a Dios?. Cuando una persona habla “desde fuera”, sin conocer por experiencia personal lo que es creer en Dios, piensa: Creo que Dios existe, pero no lo puedo asegurar. Sin embargo, para el que vive desde la fe, creer en Dios es otra cosa. Cuando el creyente dice a Dios “yo creo en Ti”, está diciendo: “No estoy solo, Tú estás en mi origen y en mi destino último; Tú me conoces y me amas; no me dejarás nunca abandonado, en Ti apoyo mi existencia; nada ni nadie podrá separarme de tu amor y comprensión”. Más puedo decir que muchos creemos en El, por la Fe con que vemos nuestra vida espiritual; es ella la que nos da la confianza de la existencia de ese Gran Ser.
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. 1 Juan 4:20 .
¿Y en JESUS por que creemos?. Por sus enseñanzas que habla el gran libro, que fueron escritos por hombres que tuvieron un gran encuentro con Él, ya sea que vivieron momentos juntos , o que se le apareció como a Pablo el apóstol.
Mas no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Juan 17:20
Cuando recibimos dichas enseñanzas se manifiesta su espíritu que nos transforma y cambia nuestra manera de actuar, somos confrontados con el pecado, pero aceptamos creer en JESUS, quien nos limpia y perdona, trayendo el regalo de la salvación de nuestra alma.
Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengáis vida en su nombre. Juan 20:31.
Para conocer a Dios, tenemos que conocer a Cristo. Hubo un apóstol que se inquieto por conocer al Padre y Jesucristo le contesto con estas palabras:
Felipe le dijo:—Señor, muéstranos al Padre y quedaremos conformes. Jesús respondió:—Felipe, ¿he estado con ustedes todo este tiempo, y todavía no sabes quién soy? ¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! Entonces, ¿cómo me pides que les muestre al Padre?. ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí. Solo crean que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; o al menos crean por las obras que me han visto hacer. Juan 14:8 -11.
Para todo lo que hemos dicho acerca de Cristo, es importante recalcar que creemos en la Trinidad, es decir un Dios en tres personas. No exaltamos a Cristo por encima de Dios Padre o Dios Espíritu Santo. Sino que exaltamos a la Trinidad cuando exaltamos a Cristo porque Dios Padre envió a Dios Hijo en el poder de Dios Espíritu Santo. La Trinidad no está en yuxtaposición con los roles de Dios en Sus tres personas, sino que demuestra la incapacidad de la mente del ser humano de entender algo que es claramente sobrehumano. Y, sin embargo, creemos y afirmamos la Trinidad como una doctrina básica y un componente necesario para la sana creencia del Dios de la Biblia. Enseñamos la doctrina de la Trinidad y exaltamos a Dios, quien se reveló por medio de Cristo y nos dio autoridad de ser “llamados hijos de Dios”.
Si me aman, obedezcan mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor, quien estará con ustedes para siempre. Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce; pero ustedes sí lo conocen, porque ahora él vive con ustedes y después estará en ustedes. Juan 14:15 -17.
Hay quienes han recibido un milagro o una oración contestada, en un tiempo difícil, automáticamente han de creer en Él , a travez del poder de su espíritu. Entonces, la fe es la respuesta del hombre a la revelación divina. Dios ha querido comunicarse a sí mismo, darse a conocer, para invitar a los hombres a participar de la vida espiritual y divina. Muchos todavía no le creen, han oído hablar de Él, Pero al aferrarse a sus tradiciones y costumbres , cierran sus ojos y oídos a sus ordenanzas, no le obedecen a su Palabra. al no obedecer, esto es lo que digo que le conocen, pero no le creen.
Pero si no creéis sus escritos, ¿cómo creeréis mis palabras? Juan 5:47.
Por eso, para creer, lo decisivo no son las “pruebas” a favor o en contra de la existencia de Dios, sino la postura interior que uno adopta ante el misterio último de la vida. Nuestro mayor problema hoy es no vivir desde el fondo de nuestro ser. Vivimos por lo general, en una superficialidad, separados de lo profundamente esencial. “ DIOS”{
ORACIÓN.
Hoy decido creerle a Dios, abriendo mi corazón y mente, para que por medio de su palabra, poder sacar tiempo para buscarle y obedecer sus mandamientos. Amén