CONFRONTA LAS ADVERSIDADES

Cuando nos enfrentamos ante un problema, la reacción más usual es quedarnos bloqueados, sobre todo cuando se trata de una situación adversa inesperada. Más la aceptación , la acción, la actitud y el valor, serán las formas de desbloquearlas.

Cuando atravesamos por conflictos o problemas los cuales nos absorben las adversidades, debemos de saber que solo habrán dos soluciones. Oh te debilitas en la pena y te hundes en la tristeza. Oh levantas tus fuerzas para sobrepasarla y volver a tomar energías. Para muchas personas, la vida es bella, mientras que para otras personas resulta ser un trago amargo, porque las penas llegan y se presentan de manera inesperada. Las adversidades están y forman parte de la vida de todos, en algunos momentos, por lo que es necesario elegir la manera en la cual le haremos frente para cambiar como afrontarlas. Todos y todas quisiéramos que nuestra vida estuviera llena de bonitos y hermosos momentos, de alegría,….. y eso pasa habitualmente y también las adversidades se pintan en distintos espacios y en diferentes lienzos y solemos sufrir curiosamente, en aquello que más sensibilizados estamos.

Alégrate en el día de la prosperidad, y en el día de la adversidad considera: Dios ha hecho tanto el uno como el otro para que el hombre no descubra nada que suceda después de él. Eclesiastés 7:14

Por esto la adversidad es la cualidad de adverso. Este término refiere a algo o alguien que resulta desfavorable, contrario o enemigo. La adversidad, por lo tanto, es una situación adversa o difícil de sobrellevar. Mas debemos saber que no estamos solos para enfrentarlas y que si buscamos las ayudas necesarias, habrán mil maneras de sobrepasarlas. Y No nos harán tanto daño.

Un anciano maestro sabio, estaba ya cansado de escuchar las constantes quejas de su aprendiz, así que pensó que debía enseñarle algo que le hiciera recapacitar.

Una mañana le pidió que le trajera sal y cuando regresó, el maestro le dijo que echara un puñado en un vaso de agua y que, a continuación se la bebiera. —¿Cómo sabe ahora el agua?—, preguntó el sabio anciano. — Muy salada — respondió el discípulo poniendo cara de asco. Aguantándose la risa el maestro le indicó que repitiera la acción, pero en lugar de tirar la sal en un vaso lo hiciera en un lago. Caminaron sin prisas hacia un gran lago situado en medio de un vergel a las afueras de su aldea y cuando el discípulo cumplió la orden el venerable maestro le pidió que bebiese. — ¿A qué te sabe ahora? — le preguntó.
Y el aprendiz le respondió: — Esta agua está fresquísima. No sabe nada a sal, es una delicia para el paladar.
Entonces el maestro cogiéndole las manos a su discípulo, le dijo: — El dolor de la vida es pura sal. Siempre hay la misma cantidad, sin embargo su sabor depende del recipiente que contiene la pena. Por eso, cuando te aflijan las adversidades de la vida, agranda el sentido de las cosas. Deja de ser un vaso y conviértete en un lago.

Muchas veces nos derrumbamos sin remedio, sin saber por qué, sin entender los motivos. A veces, nos abatimos por circunstancias que en su mayoría no comprendemos. Y es que el DOLOR jamás encuentra justificación, y lo que nos viene a la mente es la palabra, injusticia, y pensamos que NO somos merecedores de lo que nos ocurre en algunos momentos negativos. Las adversidades van a saber amargas, cuando la tomamos nosotros mismos y nos dejamos abatir por ellas, ya que nuestro recipiente es un vaso pequeño en medio de un mundo lleno de oportunidades.

Porque cualquiera que os dé de beber un vaso de agua, por razón de vuestro nombre, ya que sois seguidores de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa. Marcos 9:41.

Cuando depositamos nuestras adversidad en Dios, es como cuando la arrojamos a un gran lago, ellas sabrán deliciosas enseñandonos a aprender de la vida, ya que serán nuestras mejores experiencias. Las adversidades forman parte de la vida, no estamos exentos de ellas, no somos ajenos al sufrimiento, y muchas veces, ese sufrimiento se convierte en un canal de aprendizaje , a veces, más directo que la misma felicidad, por lo que aceptar, abrazar y superar lo que nos sucede, es vital para obtener una sabiduría que nos ayudará a comprender los procesos y tomar las decisiones correctas. Con la cual formaremos un mundo de experiencias de maduración.

Aunque el Señor te dio a comer adversidad y a beber sufrimiento, él seguirá contigo a fin de enseñarte; verás a tu maestro con tus propios ojos. Isaías 30:20

El golpe emocional de las adversidades, es en algunas situaciones tan fuerte que nos noquea. Esto es una reacción normal y ni siquiera es negativa ya que en teoría sirve para brindarnos el tiempo que necesitamos para pensar en cuál es la mejor manera de abordar el asunto. Debemos recordar que el cerebro emocional responde con extraordinaria rapidez pero el cerebro racional funciona de manera más lenta. De ahi que si ponemos nuestra confianza y esperanza en el Señor, sabremos que todo va ser cuestión de tiempo, para superar y que la paz interior será el mejor remedio para pasar todo trago amargo.

Llevé mis problemas al Señor; clamé a él, y respondió a mi oración. Salmos 120:1

Todos tenemos un por qué o por quién vivir, una o varias razones que nos permite seguir adelante cada día, que nos motivan y que dan sentido a cada segundo de nuestra existencia, a cada paso que damos o a cada acción que realizamos. (Esto es como saborear el agua de un gran lago). Por esto como reaccionamos ante condiciones que no pueden ser cambiadas, depende de nosotros. Nuestras acciones diarias nos llevan a ser la mejor versión de nosotros mismos, para mostrar lo extraordinario que hay en cada uno y que los demás lo vean y puedan apreciarlo.

ORACIÓN.

Señor Dios, contigo puedo pasar cualquier adversidad, sabiendo que ella será la que me edificará, para un mejor porvenir en mi vida, lleno de experiencias de sabiduria . Amén.

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