A veces, la gente trata de evitar la responsabilidad personal, y generalmente lo hace echando la culpa a otros. Más si hay consciencia de lo débil que somos y aprendemos a reconocer nuestros errores mirando al Señor. Entonces veremos su gracia manifiesta en nuestra vida, como una aceptación de cambio.
Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad personal de “arrepentíos, y creed en el evangelio” . ¿Cuantas veces has escuchado y sentido el poder y la misericordia de DIOS en tu vida? . ¿Ahora cuantas veces has compartido con otros la verdad de Dios en ti?. Tú sabes cuantas veces la misericordia y el amor de el Señor te ha protegido en tú vida y cuantas veces te ha levantado de situaciones difíciles o momentos de angustia. Más solo tú puedes aprender ser responsable para con Dios si lo reconoces en tu camino y aceptas su verdad compartiéndola con otros.
Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios. (2 Timoteo 1:8).
Ahora nuestro deber como conocedor de su gracia, es poder esparcir esta semilla en el mundo, no importando las circunstancias, hay que hablar a tiempo y fuera de tiempo. Es una disposición de hacer lo que Dios quiere. El Señor nos tiene propósitos y como creyentes tenemos la oportunidad de ser parte de estos propósitos asumiendo nuestra responsabilidad. “Si yo quiero ver a Dios obrar en mí debo ser responsable conmigo mismo. A todo Dios nos provee, pero no hacemos nada para poner en práctica su agradecimiento. Por esto tenemos una responsabilidad como creyentes en el mensaje de salvación, que nos enseño Jesucristo, y es este:
Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. (Apocalipsis 14:6-7).
Uno de los discípulos de Jesucristo se estaba despidiendo de su maestro. El discípulo . Le pregunto a Jesus: a donde puedo ir a donde puedo llevar el mensajes?. Jesús le contesto: tú mismo puedes elegir a donde ir. Así que el le dijo iré a la selva con los indios. Jesus dijo es mejor que cambies de tu elección porque los indios son muy crueles, violentes , dañinos y nadie se ha atrevido a ir allí a enseñarle no violencia, amor, compasión. Permíteme ir allí justo porque nadie ha ido y alguien tiene que ir. Jesús dijo: te haré tres preguntas antes de permitirte ir. Si los indios de esa aldea te insulta, te humilla, ¿Como te sentirás?
– Sentiré que son muy buenos si simplemente me insultan.
Porque entonces no me están apaleando. Son buena gente, podrían haberme apaleado. La segunda pregunta: si empiezan a apalearte ¿como te sentirás? . – Sentiré que son muy buena gente. Podrían haberme matado, pero simplemente me están apaleando. Entonces Jesús dijo: ahora la tercera pregunta: si realmente te matan y te asesinan, entonces en el momento en que te estés muriendo. ¿Como te sentirás? . – Me sentiré agradecido a ti y a ellos. Si me matan, me habrán liberado de una vida en la que tantos errores son posibles. Me habrán liberado, así que me sentiré agradecido. Así es que Jesús Le dijo: ahora puedes ir a cualquier parte. El mundo entero es el cielo para ti. Ahora no hay problema.
Ser agradecidos de DIOS es poder compartir su amor con otros, y no ser egoístas simplemente recibiendo y no dando. ” Por eso al menos, comparte estas enseñanzas que te mando con otros, haciendo copia y paste. verás las bendiciones que recibirás en tu vida “.
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. (Marcos 16:15-16).
Los que deciden rechazar la verdad de Dios “no tienen excusa” . No podemos eludir nuestra responsabilidad personal de ejercer la fe en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Quienes son los que producen esperanza de vida.
ORACIÓN .
Hoy decido oh DIOS de poder hablar sin temor TÚ palabra y compartirla con otros, sabiendo lo agradecido que estoy contigo, por habérmelo enseñado a vivir en tu gracia. Amén.