Quererte a ti mismo, significa valorarte como ser humano y asegurar que aplicas estrategias para aumentar tú bienestar individual. Solo tú pondrás el precio de lo que eres . Diamante , oro , plata, bronce o solo simplemente una piedra.
Valorarte significa darte “valor” y tener una opinión favorable de ti mismo, lo cual es sinónimo de autoestima. Cuando aprendes a valorarte, entonces tienes mejores opciones de conquistar tus metas y tus objetivos. Si tú no aprendes a quererte a ti mismo entonces los demás tampoco lo harán.
Si valoras la sabiduría, ella te engrandecerá. Abrázala, y te honrará.Te pondrá una hermosa guirnalda de flores sobre la cabeza; te entregará una preciosa corona». Proverbios 4:8 -9
Este criterio es fundamental entenderlo. Ya que una considerable cantidad de personas se quejan por la forma en que los demás los tratan o porque han caído en la codependencia. Pero ¿cuál es el verdadero origen del problema? Es que aquellos que no han aprendido a valorarse juegan el papel de víctimas e inconscientemente invitan la aparición del victimario. Usted es el único creador de su propia vida y solo recogerás el precio de lo que tu mismo pretendes alcanzar.
Un día un joven decidió ir ante un gran maestro. Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?” El maestro, sin mirarlo, le dijo: -Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar. -E…encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas. -Bien-asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas. El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó. Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación. -Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo. -Que importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo. El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo. -¡¿58 monedas?!-exclamó el joven. -Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente… El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido. -Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.
Si no te amas a ti mismo no sabras el valor de amar a otros. Si tú no aprendes a quererte y a valorarte entonces los demás tampoco lo harán. Si aprendes a que DIOS te valore, podrás descubrir la inmensa riqueza que tienes, para lograr los objetivos que pretendes alcanzar.
Respondiendo él, dijo: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza, y con toda tu mente; y a tu projimo como a ti mismo. (Lucas 10:27).
Aprende a valorate y serás una perla preciosa en medio del mar, que cuando la descubran entenderán su inmenso valor. ¡Tu eres rico si aprendes a ser feliz con lo que tienes y valoras la vida que llevas!.El Exito llega si somos conscientes de nuestro valor como persona.
ORACIÓN .
Señor. Ayúdame a mantener mi auto estima en alto, para poder tener la capacidad de poder entender el valor que tú me das, para compartirlo mi amor con los demas. Amén.