Los rencores son piedras pesadas, que no nos dejan caminar bien por la vida. Haciendoce una carga difícil de llevar.
La palabra rencor está relacionada con aquella sensación de odio o resentimiento que un individuo puede sentir por otro. La persona rencorosa nunca olvida el agravio que dio origen a su rencor y aunque pase el tiempo siempre tendrá presente aquello que hizo que naciera en él ese sentimiento. Cuando una persona ha sido perjudicada por otra, puede experimentar esta rabia o desprecio hacia aquel que lo originó, esta ira o rechazo es muy inflexible y consistente por lo que una vez presente, es muy difícil que desaparezca.
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo soy el Señor. ( Levítico 19:18).
Este sentimiento solo puede ser radicado de nuestra vida cuando soltamos las cargas que no lo producen a través del perdón. De lo contrario será siempre una peso difícilmente de llevar, que cada día aumenta con los años.
El maestro narró a sus discípulos el siguiente relato: – Un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra, igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar.
¿Qué piensan ustedes de ese hombre? Preguntó el maestro. – Que es un necio -respondió uno de los discípulos- ¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba?. Dijo el maestro: – Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos. Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro. Así dijo el Maestro, y los discípulos se hicieron el propósito de no cargar nunca el peso del odio o del resentimiento.
Las personas a las que les cuesta mucho ceder y dar su brazo a torcer. Cuando alguien no actúa como ellos quieren, o como ellos creen que deberían actuar, son excesivamente duros y críticos y esto lo único que provoca son muchas barreras en sus relaciones sociales. Por esto la humildad te ayudara a poder relacionarte bien y ella sabe reconocer errores y pedir perdón cuando ofende. La humildad no se lleva nada al corazón y no se resiente ante las adversidades, porque sabe reconocer el poder de Dios en su vida.
Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? .Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. (Mateo 18:21-22).
Muchas enfermedades del alma están ocasionadas por el la insatisfacción, estrés, ansiedad y todo tipo de sentimientos dañinos para la salud mental. Más un corazón sanado por el perdón aligera la carga, se camina en paz y es saludable para su cuerpo y el alma.
ORACIÓN
Señor Jesús. Ayúdame a sanar mi corazón maltrato por el rencor, ayudame a entender el gran valor del perdón, para poder andar libre por la vida. Amén.