NO VIVAS DE LAS APARIENCIAS

Si solo nos centramos en mostrar la fachada, es por que quizás nuestro interior esta desordenado. Nuestra verdadera imagen empieza de adentro para fuera , para que resplandezca la verdad de lo que somos.

Cuando hablamos de la imagen personal, en muchas ocasiones se centra demasiado la temática en la belleza exterior o si viste bien, la persona. Hay que decir que esto es un error importante porque de lo que estamos hablando es de algo más que la apariencia o la estética. La imagen personal empieza en un descubrimiento de nosotros mismos. Si sólo nos enfocamos en mostrar lo de afuera, lo que haremos será presentar a los demás alguien que no somos y que, en la mayoría de los casos, lo único que están haciendo será actuar hacia los demás.

De la manera que muchos se asombraron de ti, pueblo mío, así fue desfigurada su apariencia más que la de cualquier hombre, y su aspecto más que el de los hijos de los hombres. (Isaías 52:14)

La aparencia es un estado que en muchas ocaciones tratar de imitar, lo que nosotros nos somos en nuestro interior. Queremos proyectar una imagen engañosa de nuestra vida. Pero la realidad que cuando nos vemos en el espejo de nuestro interior, nos damos cuenta del daño que nos hacemos. Por esto: No bases tu felicidad únicamente en deliciosas comidas, la posesión de vestimentas hermosas, casas impecables con muebles confortables y toda clase de lujos. Todas estas cosas encerrarán tu felicidad tras los barrotes de las apariencias y de las trivialidades.

En lugar de ello, vuela en el aeroplano de tu visualización sobre el ilimitado imperio de los pensamientos, y contempla allí las vastas cimas cordilleranas formadas por tus nobles aspiraciones espirituales de autosuperación y de ayudar también a los demás a superarse. Deslízate por sobre los profundos valles de la compasión; sobrevuela los géiseres del entusiasmo y las Cataratas del Niágara de la sabiduría perenne, y precipítate hacia las augustas cúspides formadas por la paz de tu alma. Y remóntate sobre el río ilimitado de la percepción intuitiva, hacia el reino de la omnipresencia de Dios.

Allí, en su mansión de bienaventuranza, bebe del manantial de su sabiduría susurrante, y sacia así la sed de tu deseo. Come con Él los frutos del amor divino, en la sala de banquetes de la eternidad. Si has decidido encontrar la dicha dentro de ti, tarde o temprano la hallarás; búscala ahora mismo, diariamente, a través de la meditación constante y cada vez más profunda. Haz un verdadero esfuerzo por adentrarte en tu interior, y encontrarás allí la anhelada felicidad.

No bases tu vida en las apariencias, encuentra la realidad de tu interior, y resplandera la verdadera luz de la felicidad en tu exterior

No juzguéis por la apariencia, sino juzgad con juicio justo. (Juan 7:24).

Solo podrás encontrar la justicia, cuando tu sinceridad predomina sobre la apariencia.

ORACIÓN

Señor. Ayúdame a ser sincero con migo mismo, sabiendo que encontraré la realidad de mi vida, no dejes que la apariencia ahogue mi corazón y liberarme de demostrar lo que no soy. Amén.

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