Cuando tú miras con ojos de misericordia y siembras coronas de esperanza, la bondad de Dios te acompañará en el éxito de tu vida.
Érase una vez un león que estaba descansando en la selva, después de un día de caza. Era un día caluroso y solo le apetecía dormir. Cuando se encontraba más cómodo, llegó un ratón haciendo mucho ruido. El león era tan grande que ni si quiera se percató, pero el ratón empezó a subir por su nariz. El león se despertó con muy mal humor, empezó a gruñir, y agarró al ratón, preparándose para comerlo. “¡Perdóname!” suplicó el pobre ratón. “Por favor déjame ir y algún día seguramente te lo pagaré”. Al león le resultó divertido pensar que un ratón podría alguna vez ayudarlo. Pero fue generoso y finalmente lo liberó. Algunos días más tarde, mientras acechaba a una presa en el bosque, el león quedó atrapado en la red de un cazador. Era incapaz de liberarse y rugió fuerte para pedir ayuda. El ratón reconoció la voz y acudió rápidamente para ayudarlo. Mordió una de las cuerdas que ataban al león y este se liberó. Entonces el ratón dijo: “Incluso un ratón puede ayudar a un león”.
! Has el bien y no mires a quien¡. Esta frase es muy común escucharla de nuestros padres o educadores. Pero llevarla a la práctica es muy necesario, ya que en ella encierra mucha bendición de Dios. Hacer el bien es hacer algo que producirá provecho, bienestar, felicidad, progreso, salud y multitud de cosas positivas a las personas.
Querido amigo, no te dejes influir por ese mal ejemplo. Imita solamente lo bueno. Recuerda que los que hacen lo bueno demuestran que son hijos de Dios, y los que hacen lo malo demuestran que no conocen a Dios. 3 Juan 1:11.
Para saber cómo hacer el bien debemos preguntarnos qué podemos hacer por una persona para que progrese, para que su vida mejore, para que sea más feliz. Cuando podemos hacer el bien al necesitado, podemos estar siendo usados por DIOS, para llenar el cielo de diademas. Hacer el bien de igual manera hay que identificarlo en el momento, saber que cuando lo vemos es que estamos siendo usados por el Señor a los ojos de la misericordia, para quien esta pasando por un momento que requiere una ayuda de una mano afable, que pueda suplir lo que necesita.
En cambio, «Si tus enemigos tienen hambre, dales de comer. Si tienen sed, dales de beber. Al hacer eso, amontonarás carbones encendidos de vergüenza sobre su cabeza». No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien. Romanos 12:20 -21
Y es en ese mismo instante cuando decidimos ayudar, que sabrás lo grande que DIOS te usa hacia el amor al prójimo. No te pierdas la bendición del ayudar, ya que en ella encontrarás la multiplicación de las bendiciones de Dios en tu vida.
Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día del mal el Señor lo librará. (Salmos 41:1).
La misericordia, es poder ver a los demás como a ti mismo. Ejercitarla podrás entender que así como la tienes con otro, la tendrán contigo algún día. Es una ley de oro de la bienaventuranzas de Dios.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días. (Salmos 23:6).
No menosprecies lo que pueden hacer los demás con misericordia. Aunque parezca lo contrario todos te pueden ayudar, en el momento de tu necesidad.
Palabras de Jesucristo. Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia. (Mateo 5:7)
Piensa y medita . El bien que tú haces, son las misericordias llenas de bendiciones que recibirás de Dios. La vida te brinda mucha oportunidad de hacer el bien, solamente mira a tu alrededor ahora mismo y tendrás como regalo el hacer el bien a los demás.
ORACIÓN
Señor Dios Padre. Tú eres misericordioso con no nosotros en todo momento, ayudame a ejercitar la misericordia con mi prójimos, sabiendo que será una bienaventuranza en mi vida. Amén.