Tus deseos al extremo se convierten en una debilidad de tu alma y te llevan a obtener lo que no necesitas. Cuídate de ti mismo ya que querer mas de lo que no te conviene es tú fracaso.
Había una vez un rico comerciante de tela que vivía en un pueblo con su esposa y sus dos hijos. Tenían una gallina hermosa que ponía un huevo todos los días. No era un huevo normal, sino un huevo de oro. Sin embargo, el joven comerciante no estaba satisfecho con lo que solía obtener todos los días. Quería conseguir todos los huevos de oro de su gallina en muy poco tiempo. Por tanto, un día pensó y al fin concluyó en un plan. Decidió matar a la gallina y juntar todos los huevos. Al día siguiente, cuando la gallina puso un huevo de oro, el hombre lo cogió, tomó un cuchillo afilado, cortó su cuello y cortó su cuerpo abierto. No había nada más que sangre por todas partes y ningún rastro de ningún huevo en absoluto. Estaba muy triste porque ahora no conseguiría ni siquiera un solo huevo. Debido a su codicia, comenzó a ser más pobre y finalmente se convirtió en un mendigo.
Si deseas más, puedes perder todo. Es necesario estar satisfecho con lo que uno tiene y actuar sin codicia.
La codicia es la ambición desmedida y exaltada de dinero, bienes u otro tipo de riqueza. Es un vicio que lleva a alguien a querer acaparar más de lo que necesita. Ese afán de acumular riquezas se traduce en diversas acciones que resultan contrarias a los preceptos de la moral y del comportamiento ético, ya que pueden tener consecuencias negativas para otras personas o incluso para la sociedad en general.
Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores. (1 Timoteo 6:10).
La codicia te lleva a la insatisfacción, de poder ver lo de lo demás y obtenerlo no importando las causas que conlleve. Por codicia, un individuo puede cometer diversos delitos: desde estafas hasta robos e incluso asesinatos, si es que el accionar le permite obtener beneficios. Sin llegar a ese extremo, una persona puede descuidar a sus seres queridos o actuar con egoísmo por codicia. Hay quienes codician la mujer del prójimo y su final es causa de desastre.
Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. (Mateo 5:28).
La codicia es el desierto de tu insatisfacción, que te conlleva a corromper tu corazón. De ahi que la vida no se mide ni se expresa de cuanto tienes . Esto lo expone Jesucristo muy claro en el hombre avaricioso y codicioso.
Luego les contó una historia: «Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas”. Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’”. »Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”. »Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios es un necio». Lucas 12:16-21.
Tu vida no se mide, ella pasa muy rápido y tu infelicidad por acumular sera la felicidad para otros. El malgastar sin necesidad es una acción de un hombre necio, que solo piensa en el, y su orgullo lo lleva a la avaricia. Mas toda su codicia se convierte en la pobreza del alma.
ORACIÓN .
Señor. Ayúdame a estar conforme con tus bendiciones, sabiendo entender todo lo que proviene de Ti. No permitas que mi corazón codicie mas de lo que no es bueno para mi vida y ayúdame a respectar lo ajeno. Amén.