EL DISCRETO SIEMPRE CAMINA DESAPERCIBIDO.

El hombre modesto es sobrio y mesurado en todo lo que obtiene. Mas el orgulloso siempre hace alarde de su vanagloria y su ego es lo peor de su vida.

Había dos mulas de carga que trabajaban para diferentes amos. La primera mula trabajaba para un campesino y se encargaba de llevar pesadas cargas de avena. La segunda mula trabajaba para el rey y su labor consistía en llevar cuantiosas sumas de monedas de oro. La segunda mula era sumamente vanidosa y orgullosa de su carga. Por esta razón, caminaban altanera y haciendo ruido con las monedas que llevaba. Tanto ruido hizo un día que, unos ladrones se percataron de su presencia y le atacaron para robar su carga. La mula se defendió con fuerza, hasta perder su carga y terminar gravemente herida. Al caer sobre el suelo adolorida y triste, preguntó a la primera mula: – ¿Por qué me pasó esto? ¿por qué esos ladrones robaron mi carga?. Ante este cuestionamiento la otra mula respondió: – A veces lo que parece un gran trabajo no lo es. Es mejor pasar desapercibido para no despertar la envidia de otros.

Entendemos por discreción a la práctica mediante la cual determinado tipo de información es mantenida en secreto o transmitida de manera prudente y cautelosa de acuerdo a lo que solicite la fuente de información. La discreción es el entendimiento de nuestro raciocinio cuando aprendemos a cuidar y amar a otros.

Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos, guarda la prudencia y la discreción, y serán vida para tu alma, y adorno para tu cuello. (Proverbios 3:21-22).

La discreción es un elemento de gran importancia a la hora de establecer vínculos de confianza entre dos personas que se conocen y comunican entre si. La persona discreta es reservada y prudente en su forma de actuar, no se vanagloria de los demás y es segura en su camino, adquiriendo confianza en su trayectorio.

La discreción es fuente que da vida para quienes la poseen, pero la disciplina se desperdicia en los necios. Proverbios 16:22

Es mejor ser discreto que vanidoso cuando se tiene algo de gran valor. Muchas personas pueden sentirse envidiosas cuando se habla mucho de lo que se tiene. De ahi la importancia de aprender a pasar por desapercibido en el mundo que estamos viviendo, ya que la envidia ronda para destruir y matar las buenas intenciones. El hombre prudente sabe que la discreción es parte de la sabiduría.

No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor, y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo; así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20:26-28).

Cuando somos discretos aprendemos a respectar y amar con los limites determinados para no hacer daño. La moderación consiste en no hacer alarde de nuestras labores de misericordia, y así no sabra mi mano izquierda lo que hace la derecha. Recuerda esta gran enseñanza de Jesucristo.

»¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo. Cuando le des a alguien que pasa necesidad, no hagas lo que hacen los hipócritas que tocan la trompeta en las sinagogas y en las calles para llamar la atención a sus actos de caridad. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa. Pero tú, cuando le des a alguien que pasa necesidad, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Entrega tu ayuda en privado, y tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará. Mateo 6:1-4.

La discreción abre puertas de victoria a la sabiduría . La presunción es una batalla pérdida del necio y orgulloso.

El discreto pasa como una sombra sobre la muralla; más el ostentoso siempre quiere lucir por sus obras.

ORACIÓN

Señor. Ayúdame a ser discreto y humilde de corazón, no dejes que la vanidad y la presunción tenga lugar en mi vida. Dame la sabiduría para poder vivir sin hacer daño con mi orgullo. Amén.

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