Solo hace falta dos mejillas para entender, entre el odio y la paz, entre la venganza o la libertad, entre estar atado al rencor o al amor de Dios. Es mucho mejor apartarnos a tiempo , que seguir sufriendo sin necesidad.
¿Debemos de aceptar circunstancias difíciles para agradar a Dios?. Esto es lo que hablan muchos predicadores, que debemos de llevar la cruz de Jesucristo a nuestras espaldas. Que sufriríamos y que debiéramos de negarnos a nosotros mismos. Citando a que debemos soportar y aprender a vivir con aquellos que nos han hecho daño o lastimado. Tratando de decirnos que debemos permanecer en relaciones tóxicas y no saludables para nuestra vida. Hasta afirman que este seria el comportamiento de Jesucristo. Mas si vemos y observamos sus enseñanzas El siempre se apartaba de aquellos que se creían religiosos , por su hipocresía ante los principios de Dios. Por esto , ¿dar la otra mejilla y negarnos a nosotros mismos significa realmente que debemos soportar relaciones y circunstancias poco saludables, sin importar lo que pase?. ¿Deberíamos quedarnos en las relaciones que sentimos que nos están dañando porque tenemos que “negarnos a nosotros mismos”?. El solo demostró que con el perdón, es la única manera de estar en paz con tu interior. Que no debemos darle puerta abierta a la venganza y que solo podemos ser libres si aprendemos de su amor. Y no de las muchas palabras que predican aquellos hombres que quieren hacernos daño con sus religiosidades, mas son hipócritas cuando les toca vivir el momento de poner la otra mejilla; ya que no la entienden ni la viven.
»Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados. Mateo 6:14-15
Dar la otra mejilla es poder entender que el perdón es más valioso que el rencor, saber proceder en los momentos donde nuestro YO esta siendo probado interiormente, para una vida saludable espiritualmente, donde no existirá el odio y la venganza. Pero esto no es que tengamos que mantener una relación de tu a tu con quien tenemos adversidades, si no ser sabio y entendido para cuando tengamos que demostrar el amor de Dios en el, podamos verlo a la cara en paz y sin odio. Ahora el sentido de poner la otra mejilla no significa que no debemos de defendernos , si no que no debemos atacar ni sucumbir en el deseo de la venganza. Es sabio retirarse a tiempo siempre que sea posible para evitar una pelea y no dejar que las emociones respondan.
Mas vale el silencio, que las muchas ofensas. El permanecer serenos es parte de ser capaces de escuchar sin ofenderse , para cuando llegue el momento de tu defensa puedas estar claro en lo que hables con determinación y sabiduría de Dios, actuando en paz y sin rencor. Estas son las otras mejillas.
Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y discutieron agriamente. Uno de ellos le dio una bofetada al otro. Este, ofendido, escribió en la arena: “Hoy mi mejor amigo me dio una bofetada”. Continuaron su camino y llegaron a un oasis, donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado se estaba ahogando, y el otro acudió en su rescate. Al recuperarse, tomó un cincel y escribió en una piedra: “Hoy mi mejor amigo me salvó la vida”. Intrigado, aquel le preguntó: —¿ Por qué, después de que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en piedra? —Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribirlo en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargará de borrarlo. Cuando nos pase algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra del corazón, de donde ningún viento podrá hacerlo desaparecer.
Debemos aprendes o ser libre interiormente, entender y tener muy claro entre el perdón y el amor de Dios. Saber ser sabios para frenar a tiempo una mala relación, no dejarnos llevar por las emociones y sentimientos alma ticos que solo nos van hacer sufrir. Poner la otra mejilla es no caer en el mismo error, si no perdonar y pasar de largo sin rencor; Ya que este hace daño a nuestro ser y destruye nuestra paz.
Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.” Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. (Mateo 5:38-39).
La ofenza se escribe en la arena, donde el viento del perdón olvida todo. El amor se escribe en la roca donde siempre estará grabada en el corazón.
ORACIÓN
Señor. Ayúdame a poder comprender que no es ” ojo por ojo y diente por diente”, que el perdón sana las heridas más profundas del corazón y nos liberta de el rencor, trayendo paz a nuestro interior. Amén