Porque te escondes en ti mismo y no experimentas los propósitos de la vida. Solo si sueltas lo que te limita interiormente, podrás encontrar el camino al éxito.
En una lejana sabana africana, andaba perdido un león. Llevaba más de veinte días alejado de su territorio y la sed y el hambre lo devoraban. Por suerte, encontró un lago de aguas frescas y cristalinas. Raudo, corrió veloz a beber de ellas para así, paliar su sed y salvar su vida. Al acercarse, vio su rostro reflejado en esas aguas calmadas.– ¡Vaya! el lago pertenece a otro león – Pensó y aterrorizado, huyó sin llegar a beber. La sed cada vez era mayor y él sabía que de no beber, moriría. A la mañana siguiente, armado de valor, se acercó de nuevo a lago. Igual que el día anterior, volvió a ver su rostro reflejado y de nuevo, presa del pánico, retrocedió sin beber. Y así pasaron los días con el mismo resultado. Por fin, en uno de esos días comprendió que sería el último si no se enfrentaba a su rival. Tomó finalmente la decisión de beber agua del lago pasara lo que pasara. Se acercó con decisión al lago, nada le importaba ya. Metió la cabeza para beber … y su rival, el temido león ¡desapareció!.
La gran mayoría de nuestros miedos son imaginarios. Cuando nos atrevemos a enfrentarlos acaban desapareciendo.
Una de las grandes limitaciones de alcanzar los propósitos en la vida, son los miedos. Ellos nos lleva a estar sentados en nuestra zona de confort, ya que no queremos salir de la comodidad en la que estamos, para experimentar nuevos cambios de vida. El no poder arriesgarse, por miedo al fracasar, conlleva a la persona a estar estancada en las expectativas que le presenta la vida.
El enemigo me ha perseguido; me ha tirado al suelo y me obliga a vivir en la oscuridad como los que están en la tumba. Estoy perdiendo toda esperanza; quedé paralizado de miedo. Salmos 143:3 -4.
No dejes que tus pensamientos te dominen y paralicen impidiéndote avanzar con tus propósitos. Los cambios son necesarios para aprender a formarnos en la vida. Mas debemos de aprender a que tenemos que soltarnos nosotros mismos de lo que nos esta atando a lograr los objetivos que pretendemos alcanzar.
No le demos tanta cabida al raciocinio, ya que: ¡ El que no se arriesga no gana!. Solo si somos decididos podremos caminar por el éxito en nuestra vida. Recuerda los errores son los escalones al la cumbre, que debemos de aprender de ellos para seguir avanzado y subiendo en el conocimiento. Mas la vida no costa de estar bajando si no subiendo al conocimiento de la sabiduría, la cual nos la otorga cada lesion aprendida con experiencias y nos forma una madures de triunfo.
El mundo está lleno de oportunidades, pero para poder verlas tenemos que cambiar nuestra manera de pensar y de actuar. Saber entender que los cambios son necesarios para poder llegar a la cumbre de nuestros propósitos. De ahí la importancia de vencer el miedo, de saber que cuando estamos escalando, no podemos ver hacia el fondo o el vacío, si no hacía la cumbre o la cima de nuestro destino, que marcará el objetivo.
Te cansaste por lo largo de tu camino, pero no dijiste: “No hay esperanza.” Hallaste nuevas fuerzas, por eso no desfalleciste. ¿Y de quién te asustaste y tuviste miedo, cuando mentiste y no te acordaste de mí, ni pensaste en ello? ¿No es acaso porque he guardado silencio por mucho tiempo que no me temes?. ( Isaías 57:1o-11).
Dios te ayuda a vencer el miedo que te acobarda, el es la fuerza de nuestra vida, que nos hace mirará un horizonte de bendiciones.
No temas ni te desalientes, porque el propio Señor irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará». Deuteronomio 31:8
No te mires al espejo y te digas no puedo, cuandote veas mira todo tu interior, que es fuerte y valiente para vencer el exterior que te limita. Por tal razón cambia tu forma de pensar.
Y a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar. Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis. Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? . Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. (Mateo 14:25-32)
Los miedos te acobardan y turban tu mente, dejándote en tu zona de confort. Sacudete y despega tus limitaciones, para ver un mundo de oportunidades.
ORACIÓN .
No permitas Señor que el miedo me a cobarde. Hoy decido seguir tus enseñanzas, que me ayudarán a dar pasos de fe, que moverán montañas de inseguridades y miedos en mi vida, para lograr tus bendiciones. Amén.