Aprende a diferenciar lo que tus ojos ven, de lo que tu mente quiera que veas y recuerda. No permitas que un dolor, no te deje ver las alegrías que, día a día, la vida te vuelve a regalar.
Dale cabida a demasiados pensamientos nos destroza el alma. Más si miramos la realidad con coherencia nos libera de un maltrato mental.
Un maestro Y un monje estudiante, iban un día por un camino embarrado. Caía una fuerte lluvia. Al llegar a un recondo, se encontraron a una joven encantadora con traje apretado y faja de seda, que no podía atravesar el cruce. “Vamos, muchacha”, dijo el maestro enseguida, y alzándola en brazos la pasó. El monje no volvió a hablar hasta la noche, cuando llegaron a alojarse en un templo. Entonces no pudo contenerse más. “Nosotros los monjes, no debemos acercarnos a las mujeres”, le dijo al maestro, “especialmente a las jóvenes y bonitas. Es peligroso. ¿Por que hizo usted eso?”. “Yo dejé a la chica allá atrás”, dijo el maestro. “¿Usted todavía la está cargando?”.
Muchas veces resulta difícil distinguir entre un problema real y uno mental. El problema real es aquel que a ojos de mil personas, todos ellos coincidirían que efectivamente nos encontramos ante un problema, como es el caso de una enfermedad terminal. En el otro caso probablemente, muchas de esa mil personas no lo considerarían como tal, pero a ojos de uno, puede llegar a ser un infierno difícil de superar.
Los problemas de la mente, nos hacen ver cosas que nos son reales, nos llevan a imaginarnos situaciones difíciles, consiguiendo envolvernos en desórdenes abstractos de inconformidad ante situaciones equivocadas.
Sin embargo, cuando el Padre envíe al Abogado Defensor como mi representante —es decir, al Espíritu Santo—, él les enseñará todo y les recordará cada cosa que les he dicho. »Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo. Juan 14:26-27.
Cuando le damos cabida a nuestros pensamientos llevados por emociones, se vuelven peligrosos en nuestro interior. Estos se convierten en un enemigo de uno mismo ante una realidad, ya que controlan el corazón y el alma, dejando una secuela de inconformidad y angustia a nuestro ser.
Dije de la risa: Es locura; y del placer: ¿Qué logra esto? . Consideré en mi mente cómo estimular mi cuerpo con el vino, mientras mi mente me guiaba con sabiduría, y cómo echar mano de la insensatez, hasta que pudiera ver qué hay de bueno bajo el cielo que los hijos de los hombres hacen en los contados días de su vida. (Eclesiastés 2:2-3).
Aprender a controlar los pensamientos inreales, basados en la imaginación; por medio de la verdad de DIOS en nosotros, ella nos harán libres de cargas mentales, llenarán de paz nuestro interior y despejará la mente de la mentira.
¿Quién da la intuición al corazón y el instinto a la mente?. Job 38:36
La mente cuando se descontrola es porque le has dado cabida a que los demonios te dominen y te dejes arrastrar por ellos. De ahi que Jesucristo nos ofrece la capacidad de que por medio de su nombre reprendamos todos esos malos pensamientos, utilizando la Palabra de Dios, con poder y autoridad.
Mas El volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro y le dijo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!, porque no tienes en mente las cosas de Dios, sino las de los hombres. (Marcos 8:33).
La mente es un campo de batalla. Y Solo cuando podemos controlarla podemos ser libres de nosotros mismos.
ORACIÓN .
Señor. Ayúdame a controlar mi mente, no permitas que mis emociones dirijan nuestra realidad, llename de TU verdad, quien será la que me hará libre de las batallas de mi interior, dejándome paz en mi corazón. Amén.