EL DAÑO DE LA DESILUSIÓN

Cuando descubrimos la verdad del engaño, nuestras emociones nos defraudan y sentimos que la imagen que teníamos era completamente falsa de la realidad.

Un soldado destacado en la Selva recibe una carta de su novia desde Lima, La carta decía lo siguiente:”Querido Luís: Ya no puedo continuar con esta relación. La distancia que nos separa es demasiado grande. Tengo que admitir que te he sido infiel tres veces desde que te fuiste y creo que ni tú ni yo nos merecemos esto, lo siento. Por favor devuélveme la foto que te envié. Con mucho amor, María”. El soldado, muy herido, le pidió a todos sus compañeros del batallón que le regalaran fotos de sus novias, hermanas, amigas, tías, primas, etc. Junto con la foto de María incluyó todas esas otras fotos que había recolectado de sus amigos. Había 89 fotos en el sobre y una nota que decía: “María. Perdóname, pero no puedo recordar quien eres. Por favor, busca tu foto en el paquete y me devuelves el resto.

Cuando la persona se desiluciona de alguien, trata de olvidarse como era, y se desencantadose de la verdad vivida.

Por esto cuando nos ilusionamos con algo o con alguien y después descubrimos que no era lo que proyectaba , esto puede doler, pero nos deja una enseñanza de aprender a ver bien las cosas o conocerlas, por que no todo lo que se proyecta puede ser realidad. Para poder evitar que nos desilusionemos.

Así que, desilusionado, me di por vencido y cuestioné el valor de todo mi duro trabajo en este mundo. Algunas personas trabajan con sabiduría, conocimiento y destreza, pero luego tienen que dejarle el fruto de su labor a alguien que no ha trabajado para conseguirlo. Eso tampoco tiene sentido, es una gran tragedia. Entonces, ¿qué gana la gente con tanto esfuerzo y preocupación en esta vida?. Eclesiastés 2:20-22.

Por esto. Una desilusión es desengaño, decepción, impresión que se experimenta cuando alguna cosa no responde a las expectativas que se habían creado: se ha llevado una desilusión al ver que no había aprobado. Pérdida de la ilusión o falta de ella. De igual manera es la sencibildad de sensación que produce, cuando admiramos mucho a alguien y de pronto conocemos su verdad que es contraria a lo que creíamos, no lleva a sentir que nos hemos engañado a nosotros mismos y cambiamos radicalmente nuestro consepto, del que teníamos anteriormente de la persona o cosa. Ese desconsuelo, sobre alguien o algo, es la realidad manifiesta de la verdad sobre lo que admirabamos, dejando un mal sabor en nuestro interior de un concepto o opinión diferente a la verdad.

La gente podrá encubrir su odio con palabras agradables, pero te están engañando. Fingen ser amables, pero no les creas; tienen el corazón lleno de muchas maldades. Aunque su odio esté encubierto por engaños, sus fechorías serán expuestas en público. Proverbio 26:24-26.

Podríamos agregar que el tener esperanza sobre algo no es lo mismo que hacerse ilusiones al respecto. Es útil pensar a la esperanza como la percepción de una posibilidad que está en grado de semilla. Es un deseo que, en alianza con el camino, genera realidad, a diferencia de la ilusión que anhela una realidad pre fabricada de manera voluntarista.

Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor. Romanos 5:5 .

Todos lo seres de una o otra forma hemos sentido la desilusión, cuando nos damos cuenta de la verdad vivida.

Jesucristo vivió una desilusión de un gran amigo, que escogió para que fuera entregado. Mas esto surge por un beso falso.

Pero Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? (Lucas 22:48).

Desilusión, es la causa y efecto de una verdad escondida, que cuando se exterioriza desconsuela y desmoraliza.

Si te ilusionas con algo puede que te sorprenda una desilusión. Por esto las cosas no se aman con sentimientos encontrados , si no con la realidad y la verdad de lo que se vive. No experimentes por que puedes encontrar desilusión.

ORACIÓN .

Señor. Ayúdame cada día a poder entender a cada persona, no admirarla más de lo normal y poder saber relacionarme con ella, para la que la desilusión no toque a mi corazón. Amén.

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