Alguien que vive y se comporta con sencillez ejecuta calladamente las tareas y rutinas diarias sin tocar trompeta. Nunca se vanagloria de lo alcanzado, sabiendo resaltar sus propias virtudes de humildad, para reconocer sus equivocaciones.
Un día, el Águila Reina de las aves, ofreció un banquete a todos los animales de pluma. El Halcón, que tenía cargo de mayordomo, se presentó a ella, y le preguntó que a cuál de los comensales prefería sentar a su derecha. Luego de pensarlo un instante, el Águila respondió: “Deseo sentar a mi derecha a la Paloma.”
El Papagayo y el Pavo Real al escuchar tan “curiosa” respuesta, se indignaron, y dijeron: “¿Por qué mi Señora?, siendo nosotros tan hermosos, hemos sido reemplazados por la Paloma, que es un ave tan corriente.” El Águila contestó: “Porque amo más la modestia que la belleza. Ustedes son verdaderamente hermosos y elegantes, pero se han preguntado, ¿qué tan lejos están de ser tan modestos, como la cándida Paloma?”
El consepto de la modestia consiste en una forma o virtud de actuar humildemente, que conlleva a la persona a tener una actitud de proceder moderadamente, respectando los límites establecidos en la sociedad actual. Por lo general no se vanaglorea de si misma, rechasando toda vanidad y orgullo. Su dedicación por servir al projimo, los lleva en ocaciones a negarse, para brindar su mejor apoyo a las demás personas con buenas acciones. Sabe reconocer rápidamente cuando comete una falta, error o un defecto propio, aunque los demás no se lo reconozcan.
El Señor detesta el uso de las balanzas adulteradas, pero se deleita en pesas exactas. El orgullo lleva a la deshonra, pero con la modestia viene la sabiduría.
La honestidad guía a la gente buena; la deshonestidad destruye a los traicioneros. (Proverbios 11:1-3).
El hombre modesto lo arropa la calma, ya que son sus valores y principios lo que se manifiestan en su vida, dejando por lo general un resplandor de luz y sabiduria, que lo lleva en la sencillez de vivir.
Las enseñanzas del Señor son perfectas, reavivan el alma. Los decretos del Señor son confiables, hacen sabio al sencillo. Salmos 19:7
Esta virtud generalmente se entiende como un señalado recato y hasta cierto punto inhibición por las expresiones de sí mismo; un individuo modesto es el que no hace gala de sus bienes o facultades; esta virtud es la consideración de no lastimar al prójimo con un desplante que pueda causarle daño. De igual manera la modestia no se enorgullece de lo alcanzado o obtenido, no se sobre pasa ni se desespera por aparentar ante los demás, para mostrar sus triunfos o victorias. Sabe vivir conforme y alegre con cada bendición que DIOS Le provee, dándole gracias por cada resultado vivido.
Cuando es modestos el profesor;!!reconoce que sus alumnos pueden ser mayores que su maestro!!. Este se esmera a enseñarles y a darles lo mejor de el, en su tiempo, dedicación y aprendizaje.
Por eso vivir modestamente, es desarrollar la paz en su interior, que traerá como resultado la calma a su corazón, reflejando su esterior con buenas acciones de humildad. La práctica de la modestia, conlleva consigo a las riquezas de la humildad, la cual lo pondrá en la poción de muchos corazónes.
»Más bien, ocupa el lugar más humilde, al final de la mesa. Entonces, cuando el anfitrión te vea, vendrá y te dirá: “¡Amigo, tenemos un lugar mejor para ti!”. Entonces serás honrado delante de todos los demás invitados. Pues aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados». (Lucas 14:10-11).
El hombre modesto gana el corazon de los demás. El orgulloso destruye sus caminos.
No hay necesidad de llamar la atención. La modestia actúa con gentileza, pero con la misma perfección y cuidado de alguien que tal vez está anunciando sus logros constantemente. Por esto : ¡La sencillez es el tesoro mas preciado del humilde!.
ORACIÓN .
Señor. Concédeme la calma para poder vivir modestamente, saber manejar mis debilidades para no hacer daño a los demás y poder convivir en humildad, la cual traerá sabiduria a mi vida. Amén.