Solo puedes salir adelante cuando rompes con tus debilidades y te haces fuerte en el camino. Así forjarás tu carácter y te llevará a conquistar el bienestar en tu vida.
Esta es la historia de un joven que sufrió un accidente y se aferro a su enfermedad. Durante siete años no pudo dar un paso. Día y noche caminaba con muletas… casi arrastrándose por el lodo de los mil caminos de la tierra. Fue al gran médico sabio y le contó el caso. – «¿Por qué llevas muletas?», me preguntó.- – «Porque estoy tullido», le respondió . – «No es extraño, le dijo el gran sabio, prueba a caminar sin muletas. Son esos trastos los que te impiden caminar. Deja esas muletas aunque tengas que caminar en cuatro patas». Y antes de que pudiera reaccionar, el gran médico, riendose como un monstruo, arrancó las muletas de sus manos, y las rompió en sus espaldas. Y sin dejar de reír las arrojó al fuego. Ahora estas curado. Camina con normalidad. Lo curó con una carcajada y una voz que le dijo que tenía que romper las muletas. Es verdad que tan sólo a veces, cuando veo en mi camino palos o algo que se asemeje a mis muletas, camino mucho mejor durante largas horas. Pero estoy contento a pesar de todo: he aprendido que en la vida lo importante es romper tus muletas y ayudar a que otros también rompan las suyas.
Reconocer nuestras debilidades y aceptarlas, es la mejor manera de ser sanados interiormente, la cual se reflejarán en las decisiones que tomemos en la vida.
Ten compasión de mí, Señor, porque soy débil; sáname, Señor, porque mis huesos agonizan. Salmos 6:2.
Qué difícil es hablar de las cosas que molestan y limitan, las debilidades se consideran como aspectos negativos, tabúes íntimos de los que es mejor no platicar ya que producen dolor e incomodidad. Una debilidad pude ser desde un defecto físico, estatura, una cicatriz, o un ojo disfuncional, hasta un temperamento impulsivo, el ser introvertido o no poder hablar con gente desconocida entre otras cosas.
Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Corintios 12:9-10).
En realidad las debilidades no limitan, sino todo lo contrario, estas condiciones personales son las mejores oportunidades que se tiene para pulir el carácter, crecer y sobre todo para superar la prueba mayor, el aceptarse a uno mismo con todo lo bueno y lo malo que se tiene.
Conocer las debilidades es un símbolo de fortaleza. Las personas que tienen el valor de aceptar que no todo lo que son debe de ser bueno, positivo o brillante, también tienen el mérito de poder reconocer lo que no es tan bello, lo que quizá los hace dudar, lo que les puede producir problemas con otros es valioso y tiene una razón de ser.
¿Acaso nunca han oído? . ¿Nunca han entendido?. El Señor es el Dios eterno, el Creador de toda la tierra. Él nunca se debilita ni se cansa; nadie puede medir la profundidad de su entendimiento.Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles. Isaías 40:28 -29.
La persona que no puede aceptar sus debilidades, las niega y las encubre, vive en una “montaña rusa”, donde sus emociones suben y bajan, inesperadamente. Sus estados de ánimo, miedos, ansiedades y secretos los controlan. Se sienten ofendidos fácilmente porque creen que lo que están encubriendo, los delata.
!! Nuestras debilidades no nos limitan, nos forman el carácter cuando las reconocemos!!
Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil». (Mateo 26:41).
Rompe con tus debilidades y formarás un carácter de estima en tu vida, para crecer y superar pruebas mayores.
ORACIÓN .
Señor Jesucristo. Se que Tú te manifiestas en nosotros, para mostrarnos nuestras debilidades, las cuales son superadas a través de tu Espíritu Santo, quien nos guiará a reconocerlas, para poder caminar sanos en la vida y llenos de fortaleza. Amén.