Tu vida no es una coincidencia… Es un reflejo de ti. Alguien dijo: “Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa lo que emites”.
Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó: “AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !”. Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: “AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !”. Con curiosidad, el niño grito: “Quién eres tú?”. Recibió de respuesta: “Quién eres tú?”. Enojado con la respuesta, grito: “Cobarde!”. Recibió de respuesta:”Cobarde!”. Miró a su padre y le preguntó: “Que sucede?”. El padre sonrió y dijo: “Hijo mío, presta atención.”. Y entonces el padre gritó a la montaña: “Te admiro!”. La voz respondió: “Te admiro!”. De nuevo el hombre gritó: “Eres un campeón!”. La voz respondió: “Eres un campeón!”. El niño estaba asombrado, pero no entendía. Luego el padre explicó: “La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA…Te devuelve todo lo que dices o haces… Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor… Si deseas mas competitividad en tu grupo, ejercita tu competencia… Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida… La vida te dará de regreso exactamente aquello que tú le has dado.”
La vida es el reflejo de ti mismo, es lo que tu haces o desarrollas en tu interior, que se manifestará en el exterior. Muchas veces pretendemos hablar de las coincidencias, pero creo que ellas son las que te devuelven el reflejo de lo que esperabas.
La semilla de las buenas acciones se transforma en un árbol de vida; una persona sabia gana amigos. (Proverbios 11:30).
Podemos seguir queriendo ver las circunstancias de la vida como algo externo a nosotros o por ende, podemos plantearnos que todo aquello que nos sucede de alguna forma depende de mí y si depende de mi, esto nos lleva a convertirnos en responsables de nuestros actos, de nuestras palabras y de toda nuestra vida y nos salimos de ese tremendo error que es el victimismo.
Por lo tanto, mis amados hermanos, la cuestión es la siguiente: ustedes murieron al poder de la ley cuando murieron con Cristo y ahora están unidos a aquel que fue levantado de los muertos. Como resultado, podemos producir una cosecha de buenas acciones para Dios. Cuando vivíamos controlados por nuestra vieja naturaleza, los deseos pecaminosos actuaban dentro de nosotros y la ley despertaba esos malos deseos que producían una cosecha de acciones pecaminosas, las cuales nos llevaban a la muerte. Romanos 7:4-5.
Que importante sería aprender a vivir la vida de instante a instante, esto es lo que nos haría darnos cuenta de quienes somos, viviendo en lo único que realmente existe en el “Aquí y ahora”. La vida es una excelente manera de utilizar el poder de elegir. Y nuestras elecciones determinan cada instante presente.
Vivimos la vida pasándola, no la vivimos, tratamos continuamente de que las cosas pasen lo antes posible en todos los sentidos. Si es algo negativo, que pase lo antes posible, si es algo que yo considero positivo, que venga lo antes posible. No somos conscientes de que estamos vivos, que somos una forma de vida y que lo único que esto implica es que cada uno de nosotros sea consciente de uno mismo.
Así es, de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones. (Mateo 7:20).
Nosotros somos el reflejo de lo que somos y el eco de nuestras acciones.
ORACIÓN .
Señor. Concédeme la capacidad de ser responsable por mis acciones, ya que ellas reflejarán la vida que pretendo seguir. Por esto hoy reconozco tú ayuda quien me llevará a ser consciente de mi mismo. Amén.