EL PODER DE LO QUE CONFIESES.

Cuida tu boca, para que tu vida tenga bienestar. Cuando declaramos con nuestros labios y hablamos con nuestro corazón, esto será lo que recibiremos.

Extenuado, el caminante se desplomó a la sombra de un árbol.

“Necesito agua”, pensó. Este debe ser un lugar donde el agua abunda, pensaba mientras imaginaba con todo detalle el agua recorriendo su garganta reseca. Abrió los ojos y vio que, en efecto, muy cerca había un estanque de agua clara. Bebió hasta saciarse y siguió con sus fantasías: ” Un poco de pan, un jergón donde descansar mis huesos molidos, un abrigo para el frío de la noche…” Uno a uno los pensamientos de su mente se concretaban.

Ya adormecido pensó: “No puede ser que todo esto bueno me esté ocurriendo a mí, debe ser cosa del demonio”. Por cierto el demonio también apareció y le dio muerte al peregrino. Si en lugar de pensar eso hubiera pensado: “Debo merecer toda esta abundancia y estoy agradecido por haberla recibido, hoy estaría vivo.

Cuando manifestamos nuestros deseos y lo hacemos saber a otros ya sea en público, hablando lo que sentimos o nos proponemos hacer, estamos asumiendo un verdad que nos puede suceder.

Aunque soy inocente, mi boca me declararía culpable, aunque soy intachable, la misma boca demostraría que soy malvado. (Job 9:20).

Las declaraciones que hagamos por nuestros labios, son las que nos pueden llevar al triunfo o al fracaso. Ejemplo más claro es cuando confesamos que esto que pretendemos realizar es muy difícil, si lo vez de ese manera y lo declaras, se te hará duro hacerlo. Pero si lo expresas de otra manera, voy hacer esto poco a poco, y haré que tenga un buen resultado, seguro que llegarás a la meta de tu objetivo.

Toda declaración es cuestión de actitud, si disponemos nuestra mente a poder ver lo que pretendemos alcanzar, visualizando internamente el objetivo y lo declaramos en el momento apropiado, habrá muchas posibilidades que lo alcancemos.

Todo lo que confesamos con nuestra boca, esto recibiremos. Hay quienes son atados por sus declaraciones, ya que al manifestar de una forma positiva o negativa, lo que pretenden hacer, esto llevará como resultado lo que puedes obtener.

Estas son algunas palabras que debemos de sacar de nuestras declaraciones, como son: esto está muy duro de alcanzar, es difícil, yo ya no puedo, me parece imposible, no es para mi, no soy capaz, es muy grande para mi, la vida está muy cara, me rindo en mi debilidad, tengo mucho miedo, no soy competente, me frustre.

Ahora estás son la que pueden llevarte al objetivo. Todo lo puedo, todo lo soporto, todo lo espero, soy capaz, me esfuerzo para obtenerlo, todo es posible, tarde o temprano lo lograre, lo voy intentar, llegaré a la meta y sobre todo con Dios todo lo puedo, a través de su fe lo podre hacer realidad.

Si declaramos y confesamos con nuestros labios lo que pretendemos hacer, ten lo por seguro que esto es lo que vas recibir.

Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al Señor», y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. (Salmos 32:5).

 Lo que declaras sale de tu mente y tu corazón, si lo confiesa esto será lo que obtendrás. La fe se mueve por medio de aprender a declarar bendición a nuestra vida y ala de los demás, es por esto que nuestras oraciones tienen que estar llenas de esperanza y sobre todo de entender en nuestro interior , que posición toma Dios en nuestra vida.

Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra y mi criado quedará sano. Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a éste: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que le seguían: En verdad os digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande. (Mateo 8:8-10).

Si confiesas tus pecados a Dios, declarando que Jesucristo tiene el poder de perdonarlos, serás merecedor de la vida eterna, que El ofreció por medio de su sacrificio. Por esto:

La siguiente declaración es digna de confianza: Si morimos con él, también viviremos con él. (2 Timoteo 2:11).

¡¡Todo lo que declares con tu boca, será el testimonio de tu futuro, en esta vida y la venidera!!.

Tus labios te bendicen o ellos te maldicen. Solo podrás ser libre si confiesas y aceptas tus errores con tu boca.

ORACIÓN .

Señor Dios todo poderoso. Hoy declaró con mis labios que todo lo puedo en Cristo que me fortalece, para alcanzar los objetivos que me llevarán a mi bienestar espiritual, el cual traerá paz, confianza y seguridad a mi corazón. Amén.

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