Somos un reflejo de lo que pretendemos. Si buscamos lo bueno, encontramos tesoros. Si buscamos problemas, encontramos guerras. Si buscamos paz, vivimos para con Dios. Solo tú mismo decides como vivir.
A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un anciano que se encuentra descansando: -¿Qué clase de personas viven aquí?
El anciano le pregunta: -¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes? -“Un montón de gente egoísta y mal intencionada- replico el joven-estoy encantado de haberme ido de allí.
A lo cual el anciano comento: Lo mismo habrás de encontrar aquí.
Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano pregunto: –¿Qué clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta: “¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tu vienes? “Un magnifico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado. “Lo mismo encontraras aquí”, respondió el anciano.
Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le pregunto al viejo: ¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta? A lo cual el viejo contesto:
“Cada uno de nosotros solo puede ver lo que lleva en su corazón. Aquel que no encuentra nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí.
Solo tienes poder sobre la actitud mental y tus creencias y ellas son las que generan tu espacio de acción. Los pensamientos crean la realidad en que vivimos.
Vivimos cada momento una realidad en nuestra vida, ella siempre nos guía a lo que pretendemos obtener, es la verdad de nuestra existencia, llevándonos a la conducta de las costumbres que vivimos.
La realidad que la vida dependerá de cómo la veamos, de cuál va ser nuestra actitud de enfrentarla, de saber reconocer la verdad que vivimos y poder caminar cada paso que damos de acuerdo a nuestra capacidad de desarrollarnos.
La realidad es que tenemos capacidades he incapacidades, que podemos descubrir en nuestro ser interior, para que se manifieste en el exterior. Ahí dependerá de nosotros mismos, que aprendamos de cómo observar el mundo que nos rodea y cual va ser nuestra forma de actuar ante las circunstancias, para recrear el futuro que pretendemos vivir.
Si desprecias la crítica constructiva, acabarás en pobreza y deshonra; si aceptas la corrección, recibirás honra. Es agradable ver que los sueños se hacen realidad, pero los necios se niegan a abandonar el mal para alcanzarlos. Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades. ( Proverbios 13:18-20).
La realidad espiritual es una, que somos hijos de Dios. Tenemos la opción de aceptar su verdad en nosotros, si empezamos una búsqueda sincera a través de su palabra. Ella reflejará la realidad de la salvación que nos ofrece su Hijo Jesucristo; quien murió por nosotros y resucitó de los muertos, para ofrecernos la salvación de la vida eterna. El es quien intercede ante Dios Padre continuamente por nuestras oraciones. Pero solo hay una realidad, es aceptar el sacrificio de la Cruz en nuestra vida, reconocerlo como nuestro Señor y salvador, abrir nuestro corazón para que perdone nuestros pecados, los cuales confesamos solo ante EL.
Tu solo podrás aceptar la realidad presente, de reconocer a Jesucristo como tu señor y Salvador, oh seguir viviendo tu vida con un vacío espiritual .
Si sigues tus realidades entenderás el camino por donde andas. Y solo cuando las comprendas aceptarás la verdad de lo que eres.
La realidad somos nosotros mismos y la forma como veamos la vida, para bien o para mal.
»Tu ojo es una lámpara que da luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo es bueno, todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es malo, tu cuerpo está lleno de oscuridad. Asegúrate de que la luz que crees tener no sea en realidad oscuridad. Si estás lleno de luz, sin rincones oscuros, entonces toda tu vida será radiante, como si un reflector te llenara con su luz». (Lucas 11:34-36).
!! Si prestas atención a tus confecciones; ellas serán la realidad de tú futuro!!.
ORACIÓN .
Señor. La realidad de mi vida es que tú estás presente en todo y para todo, tú eres la fuente de bendición, donde pongo toda mis capacidades en tus manos, para que me muestres el camino que debo de tomar, para las bienaventuranzas que debo alcanzar en el desarrollo de mis objetivos. Amén.