EL OCTAVO MANDAMIENTO.

Tú cabás tú tumba cuando calumnias; más te entierras el puñal cuando difamas y te mueres cuando te llenas de injurias. Todas ellas son pecados de muerte. Más solo el perdón te salvara.

Cuentan que una vez hubo un hombre, que por odio y por la envidia ante los éxitos de su amigo, le calumnió grandemente. Tiempo después se arrepintió de la ruina que había ocasionado a su amigo con sus calumnias, y fue ante un gran sabio monje. Ya una vez en el confesionario y después de haber confesado su pecado, -pecado grave contra el séptimo Mandamiento, como le dijo el confeso, pues Usted le ha robado a su amigo, el valor más grande que una persona tiene ante la Sociedad, como son su dignidad, su reputación, su derecho a la buena fama, y contra el octavo Mandamiento, pues lo que Usted dijo de él son solo calumnias-, le preguntó al sacerdote: “¿Como puedo reparar todo el mal que he hecho a mi amigo?. ¿Que puedo hacer?”. A lo que el el viejo sabio le respondió: “Tome un saco llena de plumas y suéltelas por donde quiera que vaya. Y una vez que lo haya hecho, vuelva que Dios le acompañe.

El hombre, muy contento ante aquel mandato tan fácil, salió rápido fuera de la Ciudad en busca de una granja, y una vez que hubo conseguido el saco lleno de plumas, regresó a ella, y sin esperar ni un minuto más, empezó a pasearse por las calles lanzando al aire, en todas direcciones las plumas que llevaba en el saco. Y una vez que lo hubo vaciado del todo, volvió a la monasterio en busca del alquiler sabio con el que se había confesado y lleno de satisfacción le dijo: “ya he hecho lo que me mandó esta mañana”. Pero cual no fue su sorpresa, cuando el el viejo sabio le dijo: “No hijo, esa es la parte más fácil. Ahora debe volver a las mismas calles en las que las soltó, e ir recogiéndolas una por una, hasta que vuelva a tener el saco lleno, y luego vuelva a verme”. Y que Dios le acompañe.

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba. Y por más empeño que puso no pudo juntar casi ninguna. Al volver al monasterio al día siguiente, se lo explicó al al gran viejo sabio con una profunda pena y un verdadero arrepentimiento, pero éste le dijo: “Así como no pudo juntar las plumas que Usted soltó porque se las llevó el viento, así mismo la calumnia que Usted lanzo contra su amigo, voló de boca en boca y su amigo jamás podrá recuperar del todo la fama, la reputación que Usted le quitó″.

Lo único que Usted puede hacer es pedirle perdón a su amigo, y hablar de nuevo con todas aquellas personas ante las que lo calumnió, diciéndoles las verdad, para reparar así en la medida de lo posible el daño que le ha causado a su amigo y para tratar de restituirle en la medida que pueda su fama , su reputación”.

»No des falso testimonio contra tu prójimo. (Éxodo 20:16).

La calumnia ofende el honor de un ciudadano al acusarlo de un crimen. La difamación ataca el honor objetivo de alguien, que es la reputación. La injuria el honor subjetivo, que trata de las cualidades del sujeto.

Tanto la calumnia como la difamación y la injuria son crímenes contra el honor de las personas.

Cuando una persona se llena de rencor y envidia por otra, en muchas ocaciones esta tres formas de actuar lo llevan a deshonrar la dignidad de la persona, cayendo en la mentira y la venganza de hacer daños morales, que son causa de la envidia y la frustración de ella misma.

El que calumnia es el que acusa ante las autoridades a una persona de un crimen no cometido.

La difamación es el acto de lesionar la dignidad, el honor o la reputación de otra persona física o moral difundiendo informaciones que no son verídicas.

La injuria es un delito donde una de las partes dice algo irectamente deshonroso y perjudicial para la otra parte.

Por esto se considera de quien procede de estas tres maneras , está haciendo un atentado contra su prójimo; Si se descubre la verdad en un delito ante las autoridades terrenales y celestiales. Que recibirá un castigo por haber caído en tan grave pecado.

Este es el octavo mandamiento, el cual Dios recrimina aquel que hace aversiones falsas contra su prójimo. El que actúa de esa manera esta cayendo en un grave pecado, donde el mismo recibirá lo que está sembrando con el odio y la envidia, que lo a llevado a la sed de venganza. Su propio puñal será la herida que se clavará en su corazón y alma, donde solo Dios lo podrá sanar, cuando le hayas pedido perdón al EL y asu víctima.

 Cuando actúas con la calumnia, la difamación y la injuria. Son el resultado de tus frustraciones , que te confrontado con tu propio yo egoísta.

Pero yo digo: aun si te enojas con alguien, ¡quedarás sujeto a juicio! Si llamas a alguien idiota, corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien, corres peligro de caer en los fuegos del infierno. (Mateo 5:22 ).

Un falso testimonio, que te llevará a la muerte de tus propias intenciones y serán las ruinas de tu desconsuelo.

ORACIÓN .

Señor. Guárdame de caer en el pecado del octavo mandamiento, ayúdame a amar al prójimo como a mi mismo, para saber que cada uno de nosotros tenemos debilidades y habilidades, con el cual debemos saber compartir en tu gracia. Amén.

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