Las Heridas
Si queremos establecer el origen etimológico de la palabra herida debemos de recurrir al latín pues en dicha lengua es donde se encuentra el vocablo que dio lugar a aquella. En concreto, allí podemos contemplar como emana del verbo ferire que puede traducirse como “herir o golpear”.
Una herida es un corte o una lastimadura en alguna parte de un cuerpo vivo.
Cuando somos heridos significa que tenemos esperanza de ser sanados, y que esto conllevará un tiempo de restauración, para curarla, después veremos una cicatriz que se marcará en nuestro cuerpo, para recordarnos ese momento, por el cual pasamos, es muy difícil que la cicatriz se borre.
Si comparamos etas heridas con las que se hacen del alma, donde somos afectados por alguien que nos causó, un agravio o ofensa; que nos llevó a sentir un gran dolor en nuestro corazón, llevándonos a un estado emocional y psicológico, de sufrimiento.
Estas heridas también llevan su tiempo para ser sanadas, se necesita de un gran doctor capaz de sanar el alma.
¿De quién son los ayes? ¿De quién las tristezas? ¿De quién las contiendas? ¿De quién las quejas? ¿De quién las heridas sin causa? ¿De quién los ojos enrojecidos?. Proverbios 23:29 .
Este doctor es DIOS, que a través de su palabra recibimos la sanidad del cuerpo y del alma, a través del perdón, la misericordia, el amor. Las marcas que nos dejan estas heridas serán las enseñanzas, que nos llevarán a crecer espiritualmente, para no caer en el mismo error. Ya que son la cicatrices del recuerdo donde fuimos curados.
El Señor, sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. Salmos 147:3 .
Cuando somos heridos de muerte, vivimos una angustia, una agonía, vemos que la vida se nos va, pero solo un milagro de esperanza podrá salvarnos. Es hay donde se desarrolla una Fe en JESUCRISTO, capas de sanar y restaurar el cuerpo.
El fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre El, y por sus heridas hemos sido sanados. Isaías 53:5.
Tus heridas se sanan, cuando el perdón y la misericordia entran tu vida.
Oración: Dios y padre nuestro, reconozco que he sido herido, pero se que tu palabra me restaura, me cuida y me sana. Tus promesas son un si para el que cree, dándome una vida llena de esperanza y perdón. Amén.