La frustración

El concepto de frustración se define como el sentimiento que se genera en un individuo cuando no puede satisfacer un deseo planteado. Ante este tipo de situaciones, la persona suele reaccionar a nivel emocional con expresiones de ira, de ansiedad o disforia, principalmente.

Considerando como un aspecto inherente a la vida humana el hecho de asumir la imposibilidad de lograr todo aquello que uno desea y en el momento en que se anhela, el punto clave reside en la capacidad de gestionar y aceptar esta discrepancia entre lo ideal y lo real. Así, el origen de la problemática no se encuentra en las situaciones externas en sí mismas, sino en la forma en la que el individuo las afronta. Se entiende, desde esta perspectiva, que la frustración se compone tanto de una situación real ocurrida como de la vivencia a nivel emocional elaborada a partir de dicha situación.

La adecuada gestión de la frustración deviene una actitud y, como tal, esta puede trabajarse y desarrollarse;  la frustración es un estado transitorio y, por ende, reversible.

… Quizá estés contemplando la montaña relajándote en el fácil

estado de tu vivencia del momento presente, cuando, de repente, la

montaña lo es todo y tú no eres nada. Tu sensación de identidad

separada desaparece completa y repentinamente y sólo permanece aquello que va surgiendo a cada instante.

Eres perfectamente consciente, estás perfectamente atento y todo parece completamente normal … excepto que no puedes encontrarte.

No estás de esta parte de tu cara contemplando la montaña ahí enfrente. Simplemente eres la montaña, eres el cielo, eres las nubes eres todo aquello que surge a cada instante, muy simple y claramente.

… Y, además, una vez vislumbras ese estado, ése al que DIOS llama

«Único Sabor», porque tú y el universo sois un único sabor o una única

experiencia, resulta obvio que no eres tú el que se adentra en este estado

sino más bien este estado, de una manera realmente profunda y misteriosa,

ha sido tu condición primigenia desde un tiempo inmemorial. De hecho, nunca

has dejado de ser ese estado ni un solo segundo.

Por eso la gente lo llama «La Puerta Sin Puerta». Desde esta parte,

parece que tengas que hacer algo para lograr ese estado, parece como si

tuvieras que atravesar una puerta. Pero cuando así lo haces y te das la

vuelta mirando hacia atrás, no hay puerta alguna ni nunca la ha habido.

Reflexión. Para poder evitar que la montaña te detenga como una pared y te frustres, da un pasos atrás y piensa que es lo que te limita a cruzarla. Y verás un cielo abierto , por el cual tu puedes volar.

Palabras de Jesucristo. Porque, ¿quién de vosotros, deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo, para ver si tiene lo suficiente para terminarla?

No sea que cuando haya echado los cimientos y no pueda terminar, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él, diciendo: «Este hombre comenzó a edificar y no pudo terminar.» (Lucas 14:28-30).

Tiempo de Pensar. Calcula antes de hacer, piensa antes de hablar y actúa seguro y confiado, antes de dar un paso ligero ante alguna adversidad.

Oración. Señor, permita detenerme y pensar que me está limitando y me está llevando a la frustración, ahí entenderé cada paso que debo de dar para poder observar mi interior y descubrire lo que me impide a seguir adelante. Amén.

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