SALMO 39;5-7
La vida que me has dado no es más larga que el ancho de mi mano. Toda mi vida es apenas un instante para ti; cuando mucho, cada uno de nosotros es apenas un suspiro». Somos tan solo sombras que se mueven y todo nuestro ajetreo diario termina en la nada. Amontonamos riquezas sin saber quién las gastará. Entonces, Señor, ¿dónde pongo mi esperanza? Mi única esperanza está en ti.
Tiempo de meditación.
El mundo está afanado y agitado en todo lo que está sucediendo. El afán a tomado control de muchas personas queriendo hacer mil cosas a la vez. Esto conlleva de estar preocupados por alcanzar objetivos en corto tiempo, por ser menos pacientes y llevar una vida de preocupaciones, que hay veces nos hacen inestables. Es ahí donde la fatiga y el cansancio nos conducen a caer abatidos y derrotados cuando las cosas no se nos dan en el tiempo que pretendemos. Estamos viviendo un tiempo de mucha ansiedad, no solo por la crisis económica que estamos sufriendo a nivel mundial, sino por la inestabilidad social, moral, política etc. La gente hoy día no confía en nada ni en nadie. Nos prometen muchas cosas y no cumplen con su palabra y La envidia es la mayor competencia del afán y es quien nos hace querer las cosas en corto tiempo para competir.
Tiempo de reflexión.
Ahora encomendar al Dios nuestra vida diaria, debe ser nuestra prioridad cuando despertamos. Pedirle que cuide nuestro tiempo en paz, que nos ayude a poder estar calmado ante la circunstancias que veamos, estar confiados que ÉL cuidara de todos nuestras necesidades, nos proveerá el entendimiento para resolver la situaciones difíciles; que la sabiduría será parte de nuestra forma de actuar y proceder, para no dejar que lo que es importante y prescindible no lleve a estar afanados, si no saber que en la voluntad de Dios el tendrá cuidado y control de todo en su debido tiempo. Todo esto es su promesa, que si confiamos en su presencia ÉL nos sostendrá.
Hay un pasaje de Jesucristo que nos recuerda que no debemos estar afanados.
Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento y bebida, o suficiente ropa para vestirse. ¿Acaso no es la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa?. Mateo 6:25.
Tiempo para actuar.
Ahora te explico ¿ Qué quiere decir esto? ¿Por qué tendemos a afanarnos por la comida y por el vestido? Porque hay tres cosas que perderíamos:
• Perderíamos algunos placeres. La comida es un placer físico.
• Perderíamos la alabanza humana y admiración si no llevamos ropa bonita o de moda.
• Perderíamos una vida larga si no tenemos comida o ropa para cubrirnos, nos moriríamos.
Y Jesús responde si estás afanado por estas cosas: has perdido la vista de la grandeza de la vida. La vida no fue dada en primer lugar para los placeres físicos, sino para algo más grande: el disfrutar y gozar de Dios. La vida no fue dada para que tengamos la aprobación de la gente: sino para algo más grande, la aprobación de Dios. La vida no fue dada en primero para la extensión en esta tierra sino para algo más grande: la eternidad con Dios. De ahi saber poner la esperanza en Dios, quien es el que te va dar lo suficiente , para que no te hagas daño.
Tiempo de pensar.
La ansiedad no nos hace ningún bien. Cualquier problema que te esté causando afán, podemos estar seguros que no disminuirá por estar de prisa.
Oración.
Señor. Te pido a ti que no me dejes caer en los afanes de la vida, aprendiendo a descansar en tu voluntad, por esto “no me des mucho, ni poco para poder ser agradecido siempre”, para saber que tu paz rodeará mi ser y que tu presencia me protegerá de todo lo venidero como hijo tuyo . Amén.