EL VICIO DE METIR

El trago amargo del que no habla con sinceridad, va consumiendo y destrozando su interior con una verdad oculta, que tarde o temprano sale a la luz. Hay verdad que florece y mentira que se consume.

Por muchos años he escuchado la parábola del pastorcito mentiroso.

Había una vez un niño llamado Pedro que era pastor y se llevaba todo el día caminando con sus ovejas. Un día estaba tan aburrido que comenzó a preguntarse cómo divertirse. Entonces se le ocurrió gastar una broma, diciendo que un lobo estaba cerca. Dijo: -¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Ayuda!. Los vecinos del pueblo acudieron rápidamente con palos para ahuyentar al lobo, pero cuando llegaron al árbol donde se sentaba Pedro, lo encontraron riendo a carcajadas. Pedro decía: ¡Ja ja ja! ¡Os lo habéis creído!. Los vecinos se fueron a sus casas pensando que era una broma y que no pasaba nada. Otro día, de nuevo Pedro se encontraba aburrido y volvió con la misma broma: -¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socoro! ¡Socoro!. Los vecinos volvieron a acudir rápido, con sus palos y preparados para hacer frente al lobo. Pero se volvieron a encontrar a Pedro riendo, que reía y decía. ¡Os lo habéis vuelto a creer! ¡Qué incrédulos! ¡Ja ja ja!. Esta vez los vecinos pensaron que la broma no era tan graciosa y se fueron malhumorados a sus casas. Otro día, Pedro estaba caminando con sus ovejas cuando escuchó un ruido entre los matorrales. No le dio importancia, pero rápidamente un lobo salió empezó a perseguir a sus ovejas. Pedro empezó a pedir ayuda: -¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socorro!. Los vecinos lo escucharon pero no prestaron atención, ya que pensaban que era otra broma de Pedro. El lobo pudo atrapar a algunas de sus ovejas y se las llevó para comerlas con su manada.

No mientas, ya que puede que los demás no te crean cuando digas la verdad.

Mentir es una acción que puede ser ejercida por cualquier ser humano que posea un determinado lenguaje para expresar una idea. La acción de mentir supone siempre estar faltando a la verdad, es decir, usar información errónea o falsa para crear una situación que no es verdad.

Caer en el ámbito de mentir es muy fácil, simplemente es empezar con una que uno cree que es pequeña, pero la verdad que no hay mentira pequeña o grande, toda es una mentira.

El Señor detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad. Proverbios 12:22

Por lo general la persona que se ejerce en mentir es astuta, piensa en como engañar a los demás con una falcedad, su forma de actuar y proceder produce desconfianza, ya que trata siempre de ocultar la verdad por una mentira. El primer afectado de esto es el mismo, ya que cuando va querer decir la verdad nadie le va a creer.

Conseguir tesoros con lengua mentirosa es un vapor fugaz, es buscar la muerte. (Proverbios 21:6).

Para mentir no es necesario tener ningún tipo de capacidad especial ya que cualquiera puede hacerlo. Sin embargo, hay personas a las que les resulta mucho más fácil y logran sus objetivos mucho mejor que otros. Esto es así ya que para mentir también hay que saber manejar cuestiones tales como la emocionalidad (es decir, tener una mente y un corazón fríos como para que no le haga sentir mal a uno saber que no está haciendo lo correcto) y también el cuerpo ya que muchas veces éste hace notorio que uno miente aunque involuntariamente.

Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. (Mateo 7:15).

La mentira es una nube oscura, que tarde o temprano se va convirtiendo en hurracan, que destrosara todo lo que lleve a su paso.

ORACIÓN

Guárdame Señor de un corazón mentiroso, hasme caer en cuenta siempre que la verdad sale a luz tarde o temprano. Por tal razón no permitas que el engaño controle mi vida. Amén.

Compartir:

Deja un comentario

Descubre más desde Vivir con detalles

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo