NO IMITES, SE TÚ MISMO.

No intentes ser otra persona, ya que tu eres único y no hay, ni habrá otro como tú. Por esto cuando demuestras ser original, sabras comprender lo que eres.

Lanzándose desde los cielos, un halcón cazó un corderito. Un cuervo lo observó y tratando de imitarlo, se lanzó sobre un carnero. Sin embargo, no pasó lo mismo que antes, al decender el cuervo se enredó en la lana, donde sin importar que tan fuerte batía sus alas, no logró escapar. Viendo el pastor lo que sucedía, tomó al cuervo entre sus manos, con su machete cortó sus alas, y a su casa lo llevó. Fascinados sus hijos lo vieron, y curiosos del asunto a su padre preguntaron: -¿Papá, qué ave es esta?. -Para mí es sólo un cuervo, pero él se creyo halcón.

La imitación es la acción que se realiza intentando copiar otra o tomándola como ejemplo. En este sentido, una imitación es una cosa o un acto que se encarga de copiar a otro, que generalmente está considerado como mejor o de más valor.

Y a los ángeles que no conservaron su señorío original, sino que abandonaron su morada legítima, los ha guardado en prisiones eternas, bajo tinieblas para el juicio del gran día. (Judas 1:6).

Por consiguiente una imitación no es un original, es una copia parecida a la real. Ahora hay que aprender de otros cuando están edificando nuestra vidas y poder seguir sus ejemplos, pero tratar de imitarlo lo pude llevar a vivir experiencias diferentes. Decide a ser tú en tu propia forma de vivir, desarrollando tu carácter comprenderás que fuiste creado para ser lo que eres. Tu molde solo se hizo una vez y después lo descartaron, para que la originalidad de Dios se manifestará en tú vida.

Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: “Así dice el Señor Dios: ‘Aun cuando tu corazón se ha enaltecido y has dicho: “Un dios soy, sentado estoy en el trono de los dioses, en el corazón de los mares”, no eres más que un hombre y no Dios, aunque hayas igualado tu corazón al corazón de Dios. (Ezequiel 28:2).

“Seguir un ejemplo de alguien, no es imitarlo igual, sino comprenderse sus enseñanzas”.

Es necesario saber que cada uno somos originales, que no hay otra copia de nosotros mismos, que no podemos imitar creernos mejor que otro, sino poder comprender como hacer lo mejor de nosotros mismos.

Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. (Juan 13:14-15).

No podemos imitar a Dios ya que siempre seremos hombre. “A Dios no se imita, sino que se le obedece”.

ORACIÓN .

Señor. Ayúdame a poder comprender tú palabra, la cual me dará ejemplos para poderte obedecer, sabiendo que traerá en mi, ser original he íntegro. Amén.

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