La serenidad y la calma , apacientan nuestra alma en paz. Solo hace falta aprender a respirar y ser justo; para poder estar seguro y confiado en medio de la tormenta.
Tener la conciencia tranquila, nos llena de buenos pensamientos, intenciones y acciones, nos da la oportunidad de dormir en paz. Por su parte, la envidia, la ira, la mentira y el engaño son, sin lugar a dudas, los mejores ladrones de los bellos sueños y las buenas emociones. El poder disfrutar de una conciencia tranquila es como poseer una buena brújula, pues nos ayuda a mantener el norte. Es decir, que si usamos bien nuestra capacidad de decisión, podremos mantener un buen rumbo en nuestra vida.
»Sométete a Dios y tendrás paz, entonces te irá bien. Job 22:21
Lo mejor de la vida es poder estar en paz con todo el mundo, sabiendo que la tranquilidad producirá un efecto de bendición coherente a nuestras relaciones, para poder disfrutar de las bendiciones que Dios nos provee en paz.
Un día, un joven iba por la calle de noche después de salir de su trabajo; apurado recorría los rincones solitarios de la ciudad pues esa noche su madre le había dicho que lo esperaba en casa con una deliciosa cena. Faltando sólo unas cuadras para llegar, el joven ve a lo lejos la figura desgastada por la edad de alguien que aguardaba en la esquina de una acera para cruzar la calle mientras un semáforo estaba en verde. –Tonto viejo, ¿por qué no cruzas si no vienen carros? ¡Yo sí cruzaré, tengo un compromiso importante!- pensó el joven acelerando el paso. Pero al llegar a la esquina de aquella acera se dio cuenta ¡ese hombre era su padre!. -¿papá?-. -hola hijo-. -¿Qué hace acá?-. -Voy para la casa, vamos tarde, tu mamá seguro se molesta-. -Papá, no vienen carros-. -sí ya veo-. -Papá aquí no hay policías-. -Pero es un barrio seguro, no hacen falta ni a estas horas de la noche-. -Papá no hay cámaras-. -No me había fijado, ¿eso es bueno o malo?-. -¡Papá nadie nos está viendo! ¡Vamos a cruzar que vamos tarde!-. -¡¿QUÉ?! ¡YO ME ESTOY VIENDO!-
Siempre podremos engañar a los demás, pero nunca podremos engañarnos a nosotros mismos. Una conciencia tranquila es la clave para vivir en paz con uno mismo.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. (Juan 14:27).
Si bien es difícil que alguien pueda tener la conciencia limpia al cien por cien, más sí que podemos esforzarnos por actuar de manera coherente con nuestros principios y valores. Aprender amar es poder ser conscientes, del perdón, la justicia, la bondad, la paciencia, la calma y sobre todo ser coherentes con nuestra propia verdad. Esto es saber tener una conciencia tranquila.
La justicia gobernará en el desierto y la rectitud en el campo fértil. Y esta rectitud traerá la paz, es cierto, traerá tranquilidad y confianza para siempre. Isaías 32:16-17.
Porque si somos justos y si reflexionamos en nuestro interior, analizando nuestra vida, podremos encontrar que es lo que nos quita la paz. El poder pedir perdón nos dará la oportunidad de ser libre de lo que nos hizo daño e incomoda a nuestra mente.
Tengo la conciencia limpia, pero eso no demuestra que yo tenga razón. Es el Señor mismo quien me evaluará y tomará la decisión. 1 Corintios 4:4.
De ahi dependerá que podamos tener una vida tranquila. Solo hace falta aprender a reconocer y ser justo con uno mismo y con los demás. Por eso. El vivir en paz es poder estar seguros y confiados que solo Dios podrá ayudarnos, es el aplicar los principios y valores, con los cuales podemos actuar serenamente.
ORACIÓN .
Señor. Dame Tú paz y ayúdame a cada momento a poder compartirla con mi prójimo, sabiendo que llenará de tranquilidad mi alma, siendo consciente y justo con mi vida. Amén.